En La Plata se ve nuevamente sacudida por la tragedia. Un hombre de 52 años perdió la vida ayer en un gimnasio de la ciudad, mientras realizaba actividad física. Esta nueva muerte, que se suma a otros casos similares ocurridos en los últimos meses, enciende las alarmas sobre la seguridad en estos espacios y la importancia de contar con protocolos de emergencia adecuados.

Si bien aún se desconocen las causas exactas del fallecimiento, la repetición de estos hechos nos obliga a preguntarnos qué tan preparados están nuestros gimnasios para atender situaciones de emergencia. ¿El personal está capacitado para realizar maniobras de reanimación? ¿Existe un desfibrilador en el lugar? ¿Se realizan controles médicos periódicos a los socios? Estas son solo algunas de las preguntas que deben ser respondidas.

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Es fundamental que los centros de entrenamiento cumplan con todas las normas de seguridad y que brinden a sus usuarios la tranquilidad de que en caso de necesitarlo, recibirán la atención médica adecuada. Además, es responsabilidad de cada uno de nosotros cuidar nuestra salud y realizar una evaluación médica antes de comenzar cualquier actividad física, especialmente si se tienen antecedentes de problemas cardíacos.

La muerte de este hombre es una pérdida irreparable para su familia y amigos, pero también es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la prevención. No podemos seguir lamentando estas tragedias. Es hora de tomar medidas concretas para garantizar la seguridad de todos aquellos que buscan mejorar su calidad de vida a través del ejercicio físico.