Durante años, los valores sociales y religiosos impusieron un manto de silencio sobre la masturbación, tanto en hombres como en mujeres, considerándola un tema tabú.

Según el psicólogo sexólogo Luis Guillén Plaza, en el modelo tradicional, el sexo estaba asociado únicamente a la reproducción y la conexión con la pareja, lo que convertía la masturbación en algo reprobable e inmoral, especialmente para las mujeres.

Este enfoque, según Plaza, relegaba el placer femenino a un segundo plano, invisibilizando la sexualidad de la mujer y considerándola como algo pecaminoso.

No saben estimular el clitoris y los ves pidiendo tríos?????

— valen (@valepsg_) April 11, 2024

Sin embargo, en la actualidad, hay un cambio de paradigma en marcha. Se está reclamando un espacio para el placer femenino, reconociendo que la penetración no es la única vía para alcanzar el orgasmo.

La médica especialista en Ginecología Sandra Magirena señala que términos como "masturbación" y "vulva" fueron históricamente tabú para las mujeres, pero que ahora se está produciendo un avance en la aceptación y comprensión de la sexualidad en todas las personas.

Núria Cano, sexóloga, destaca la importancia de ampliar el imaginario sobre la masturbación femenina, reconociendo que hay múltiples formas de practicarla más allá del cliché del dedo en la vagina.

Los juguetes sexuales, especialmente los succionadores de clítoris, han contribuido a este cambio de perspectiva, brindando nuevas formas de explorar el autoerotismo.

Sin embargo, los expertos advierten sobre un posible efecto contraproducente del uso excesivo de estos dispositivos, que podría llevar a una pérdida de sensibilidad clitoriana y dificultades para alcanzar el orgasmo sin su ayuda.