La tranquilidad de la zona Oeste platense se vio sacudida con la avanzada del intendente Julio Garro en una localidad, de la mano del delegado peronista Leo Chiappe y el secretario de Cultura y Educación comunal, Martiniano Ferrer. Melchor Romero está considerada hoy como el último bastión peronista de La Plata, por ser la única localidad en donde Juntos hasta el momento no logró imponerse en las urnas en estos últimos 8 años.
La situación no pasa desapercibida, ni para el intendente Garro ni para los principales dirigentes del Frente de Todos, que buscan continuar albergando desde dicha localidad la “resistencia” del peronismo platense, luego de haber sido desplazados duramente en otras zonas donde históricamente hacían pie, como Altos de San Lorenzo, Villa Elvira y Los Hornos.
Hoy, Romero aparece como una “meca” para el peronismo, en donde la disputa de La Campora, Victoria Tolosa Paz, los hermanos Bruera y hasta sectores vinculados con el ex intendente Julio Alak, generan una interna de poder más que interesante dentro del FdT, a la que ahora se sumó a paso firme el delegado municipal Leo Chiappe, de tradición peronista y de gran trabajo en la zona.
Chiappe vino a perseguir el anhelo del intendente Garro por imponerse en esta elección en dicha localidad. Y para eso no está solo, cuenta con el respaldo político del secretario de Cultura y Educación, Martiniano Ferrer, y el músculo del Ejecutivo llevando soluciones a demandas barriales.
En ese contexto, la última semana protagonizaron una avanzada política en el territorio, llevando obras de gran trascendencia para el lugar y generando un puerta a puerta para hablar con los vecinos, que agitó fuertemente las aguas.
La creación del nuevo Centro de Integración Comunitaria en calle 150 y 35, sumado al avance de luminarias led, obras de pavimentación como la 167 y mejorado de calles, de gran transcendencia para la zona rural de la localidad, causaron una gran revuelo y motivaron a que el peronismo K los saliera a combatir con piquetes, cortes de calles y reclamos de los más diversos.
Fieles a su estilo, los punteros del FdT respondieron generando caos vehicular sobre la Avenida 520, con piquetes sostenidos en donde no se ha buscado resolver problemas vecinales, sino más bien limar la imagen pública y política del delegado.
Esto obligó a que desde el Municipio se diera intervención a la justicia para que se libere la 520 y se exija al desalojo de los presentes, quienes además de ocasionar serios inconvenientes con el tránsito que circula por esa arteria clave en el oeste platense, fueron denunciados por contaminar con quema de neumáticos y robar a transeúntes en la zona del piquete.
Con esta interna desatada en Romero, que se suma al duelo generado en San Carlos para capitalizar políticamente la nueva avenida 32, que llevó adelante el Municipio conjuntamente con la Nación, parece haberse iniciado una disputa territorial en donde Juntos deberá lidiar con los obstáculos que los punteros del peronismo le generen con intenciones de retener los últimos bastiones de poder que todavía albergan en la ciudad de las diagonales y los tilos.
Una de las mañanas de esta semana, cuando la protesta sobre la 520 enloquecía el tránsito y la vida de los romerenses, el padre del intendente Julio Garro, que pasaba por el lugar rumbo a su casa, decidió detener su marcha y bajarse a dialogar con los manifestantes para saber cuáles eran sus demandas, pensando que se trataba de un reclamo genuino.
Sin embargo, lejos de agradecerle su buen gesto, trataron de utilizar las imágenes de Garro padre para tratar de llevar a la comunidad un mensaje desestabilizador, asegurando que el hombre estaba allí porque compartía el reclamo frentetodista contra la gestión municipal de su propio hijo. Si así arranca la campaña, habrá que esperar cualquier cosa. ¿Se terminaron todos los códigos o es un hecho aislado?
