En medio de los crecientes rumores sobre un posible regreso de Ángel Di María a Rosario Central, la violencia y las intimidaciones continúan escalando. Este miércoles por la noche, dos delincuentes encapuchados a bordo de una moto roja balearon una estación de servicio “Puma” en bulevar Oroño y Lamadrid, zona sur de Rosario. El ataque dejó el vidrio del local dañado y un inquietante mensaje dirigido al futbolista de la Selección Argentina: “Te estamos esperando Di María, los rosarinos”.

Según se informó, no hubo heridos en el incidente. El personal del Comando Radioeléctrico encontró cuatro vainas servidas en el lugar, junto con la nota amenazante. Este episodio ocurre horas después de que un mural en homenaje a Di María en el club El Torito, donde el jugador comenzó su carrera, fuera vandalizado con la inscripción: “¿Todavía vas a volver?”.

La amenaza surge en un contexto en el que Di María, actualmente en el Benfica, estaría considerando un regreso temporal a Rosario Central antes de posiblemente unirse al Inter Miami de la MLS, donde compartiría equipo con Lionel Messi. Según el periódico portugués A Bola, el plan del futbolista de 36 años sería vivir solo en Buenos Aires durante este período y viajar a Rosario para jugar, mientras su familia se instalaría en Miami por razones de seguridad.

Estos hechos se suman a una serie de amenazas previas. Semanas atrás, un cartel arrojado desde un auto frente al country Funes Hills Miraflores advertía a Di María que no volviera a Rosario bajo amenaza de matar a un familiar. Dos presuntos integrantes de una banda narco fueron detenidos en relación con esa intimidación.

A pesar de la gravedad de las amenazas, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, minimizó el incidente del mural durante la presentación de un nuevo sistema de taxis y remises. Javkin afirmó que Rosario espera a todos los futbolistas y que estas amenazas deben ser vistas en el contexto del “folklore del fútbol”, aunque subrayó la importancia de concentrarse en los hechos que realmente tienen gravedad.

Lejos de ser parte del “folklore” deportivo, la balacera de anoche eleva la preocupación por la seguridad de Di María y la estabilidad de una ciudad marcada por la violencia.