Niegan pasaporte a niña argentina llamada "Khaleesi": ¿Demasiado en "Juego de Tronos"?
La polémica se ha desatado en redes sociales tras conocerse el caso de una niña argentina a la que se le ha negado el pasaporte por llevar el nombre de "Khaleesi", personaje icónico de la serie "Game of Thrones". Las autoridades argentinas argumentan que el nombre es una marca registrada propiedad de Warner Bros., la empresa detrás de HBO.
“Khaleesi”
— Tendencias en Argentina (@porqueTTarg) August 8, 2024
Porque una madre le puso a su hija el nombre de un personaje de Games Of Thrones, pero ahora el sistema le deniega el pasaporte porque lo considera una marca registrada y necesita el permiso legal de Warner Brothers.
La niña se llama Khaleesi. pic.twitter.com/iZ6nLMQRYR
Este hecho ha generado un intenso debate sobre los límites entre la libertad de los padres para elegir el nombre de sus hijos y los derechos de propiedad intelectual. Muchos internautas se muestran incrédulos ante la decisión de las autoridades, cuestionando cómo una empresa puede tener derechos sobre un nombre propio.
"Es absurdo que una niña no pueda tener un pasaporte por un nombre", comenta un usuario en X. "Esto es llevar los derechos de autor demasiado lejos". Otros usuarios han comparado este caso con situaciones similares en otros países, donde se han prohibido nombres por motivos religiosos o culturales.
No es la primera vez que los nombres inspirados en personajes de ficción causan problemas. En México, por ejemplo, existe una lista de nombres prohibidos que incluye a superhéroes como Batman, así como a personajes de películas como Rambo y Terminator.
Hasta el momento, Warner Bros. no se ha pronunciado al respecto, y se desconoce si la familia de la niña tomará medidas legales para recurrir la decisión. Este caso plantea un interrogante sobre cómo deben interpretarse los derechos de propiedad intelectual en el contexto de los nombres propios, y si es necesario revisar las normativas existentes para evitar situaciones como esta.
¿Hasta qué punto las empresas pueden limitar nuestra libertad de expresión a través de sus marcas registradas? Esta pregunta ha cobrado especial relevancia en un mundo cada vez más globalizado y dominado por las grandes corporaciones.