Luego de un prolongado período de contracción, el mercado crediticio argentino muestra signos de reactivación. Según un reciente informe del Ieral, los créditos bancarios han experimentado un repunte en el segundo trimestre de este año, impulsados principalmente por una menor demanda de financiamiento por parte del sector público y una mayor disposición de los bancos a prestar al sector privado.
Si bien el sector minero, especialmente la extracción petrolera, ha sido uno de los principales tomadores de nuevos préstamos, su participación en el total es aún relativamente baja. Por otro lado, sectores como el comercio, la industria, la construcción y la hotelería y restauración también han aumentado su demanda de crédito a pesar de enfrentar un contexto económico desafiante.
Es importante destacar que, incluso en sectores con un desempeño económico débil, se observa un incremento en la solicitud de créditos. Jorge Day, economista del Ieral, explica que esto se debe a una combinación de factores, como la existencia de una demanda contenida y una oferta de financiamiento extremadamente baja en los últimos años.
El análisis por provincia revela una marcada disparidad en el acceso al crédito. Aquellas jurisdicciones con un mejor desempeño económico relativo, como Neuquén y Mendoza, han sido las más beneficiadas. Por el contrario, provincias como Santa Cruz, Tierra del Fuego y San Juan, con sectores productivos más afectados, han experimentado un menor crecimiento en la otorgación de préstamos.
Casos como La Rioja y Formosa resultan llamativos, ya que a pesar de presentar una fuerte caída en el empleo privado, han registrado un incremento en la demanda de crédito, especialmente por parte de las personas.
Dado el contexto de estancamiento económico, se estima que la mayor parte de los nuevos créditos se destinarán a financiar capital de trabajo, en lugar de nuevas inversiones. Sin embargo, esta tendencia representa un primer paso hacia una recuperación más sólida del crédito en el futuro.