El Alzheimer, una enfermedad cerebral progresiva que afecta la memoria y las habilidades de pensamiento, puede ser difícil de detectar en sus primeras etapas. Según el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos, esta afección es la causa más común de demencia en adultos mayores. Entonces, ¿qué es lo primero que olvidan las personas que desarrollan Alzheimer? Identificar estos primeros signos es crucial para un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.
Según la Fundación del Cerebro, los primeros signos del Alzheimer son sutiles y difíciles de identificar debido a la naturaleza gradual de la enfermedad. El doctor Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), explica que esta enfermedad se desarrolla lentamente, primero afectando las neuronas en áreas como el hipocampo, relacionado con la memoria.
Los primeros signos generalmente involucran problemas de memoria. Las personas pueden tener dificultades para recordar eventos recientes o retener información que acaban de aprender, lo que a menudo se manifiesta como repetir preguntas o perder el hilo de una conversación.
A medida que la enfermedad progresa, otros tipos de memoria, la capacidad de prestar atención, la inteligencia ejecutiva y el juicio se ven comprometidos. También pueden surgir problemas en la memoria de trabajo y la coordinación visual-motriz.
El Alzheimer afecta no solo la memoria sino también la capacidad para llevar a cabo tareas cotidianas, comunicarse y mantener relaciones sociales. Además, puede manifestarse como apatía, donde la motivación disminuye tanto en la actividad cotidiana como en la emocional.
Es importante estar atento a señales como dificultades en la realización de tareas diarias, cambios en el lenguaje, pérdida de orientación temporal o espacial, problemas con imágenes visuales y pérdida de objetos personales.
Aunque algunos factores de riesgo, como la edad y la genética, no se pueden cambiar, seguir una dieta mediterránea rica en nutrientes, mantener la salud cardiovascular, mantener la actividad intelectual y física, tener una vida social activa y dormir bien son estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo de Alzheimer. Evitar el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y lesiones en la cabeza también es crucial.
El diagnóstico temprano es clave para recibir atención y tratamiento adecuados, por lo que cualquier olvido persistente o síntoma preocupante debe ser discutido con un médico. La detección temprana puede permitir una mejor calidad de vida y la implementación de estrategias para ralentizar la progresión de la enfermedad.