En Svalbard, Noruega, la noche polar cubre la región durante 84 días, entre noviembre y enero. Durante este tiempo, el sol no se eleva sobre el horizonte debido a la inclinación del eje terrestre.
Aunque la oscuridad es total, los residentes de Svalbard siguen con su rutina diaria. Usan linternas y ropa reflectante para moverse por las calles, mientras continúan sus actividades laborales y recreativas.
A pesar de la ausencia del sol, a mediodía puede verse un tenue brillo en el horizonte, conocido como crepúsculo polar. Este fenómeno genera una leve luminosidad, aunque su efecto es limitado por la geografía montañosa.
La aurora boreal es uno de los principales atractivos en este periodo. Debido a la oscuridad constante, es visible en cualquier momento del día, iluminando el cielo con colores verdes y púrpuras.
El mushing o trineo tirado por perros es una actividad popular durante la noche polar. Los guías locales organizan expediciones por los valles, ofreciendo a los visitantes una experiencia única con la fauna local.
La falta de luz solar puede afectar el estado de ánimo de los residentes. Para mitigar esto, muchos usan lámparas de luz artificial y realizan actividades físicas y sociales que ayudan a mantener el equilibrio emocional durante este periodo.