La inminente temporada turística de invierno, crucial para la economía cordobesa, se ve empañada por la creciente tensión entre el gobernador Martín Llaryora y el intendente de Villa Carlos Paz, Esteban Avilés. La discordia se manifestó claramente con la ausencia de Avilés en dos lanzamientos clave de la temporada turística, primero en Córdoba y luego en Buenos Aires, donde Llaryora participó activamente junto a otros intendentes y empresarios del sector.

La ausencia de Avilés no pasó desapercibida, ya que el intendente organizó su propio lanzamiento turístico en Santa Fe, destacando aún más la fractura. Fuentes provinciales aseguran que, a nivel institucional, el vínculo se mantiene, con diálogo y presencia de funcionarios de Carlos Paz en eventos relacionados con el turismo.

Las tensiones entre Llaryora y Avilés tienen raíces en la campaña del año pasado, cuando Llaryora, a instancias del schiarettismo, intentó negociar con Avilés, pero este último terminó desairando al candidato del cordobesismo en varias ocasiones. Avilés, quien fue titular de Turismo en la tercera gestión de Schiaretti, ha mantenido siempre una relación cercana con el exgobernador, pero la desconfianza con Llaryora ha marcado su relación.

El conflicto escaló cuando Llaryora rompió con la tradición del PJ de convivir pacíficamente con el intendente de Carlos Paz, y comenzó a hacer campaña activamente en la villa serrana. La inclusión de Emilio Iosa, excandidato a intendente y rival de Avilés, en el área de Ambiente de la gestión provincial, exacerbó aún más las tensiones.

La oposición acusa a García de haber tejido vínculos y de insertar en el gremio a barras de River y Estudiantes para blindar su continuidad en el poder. A la vez, advierten que la obra social OSPSIP "es rechazada por los vigiladores y sus familias" y que está "prácticamente está en desuso y olvidada".

En el peronismo, reconocen que la fricción con Avilés podría estar vinculada a sus ambiciones políticas para 2027 y su cercanía con el exintendente radical Ramón Mestre. La tensión entre ambos mandatarios afecta directamente al sector turístico de Carlos Paz, preocupando a hoteleros y gastronómicos, dado que el turismo representa entre el 35 y 40% del PBI de la ciudad.

Mientras tanto, Llaryora ha empoderado a otros intendentes de ciudades turísticas como Mar de Ansenuza, Calamuchita, Traslasierra, el norte cordobés y Cosquín, en un intento por contrarrestar el desaire de Avilés. A pesar de las tensiones, desde el área de Turismo provincial aseguran que el vínculo con todas las localidades turísticas es equitativo y basado en el diálogo.

En resumen, la disputa entre Llaryora y Avilés no solo evidencia una fractura política significativa, sino que también pone en riesgo la cohesión y el desarrollo del sector turístico en una de las temporadas más importantes para la economía cordobesa.

Fuente: lapoliticaonline.com