El macrismo duro enfrenta una creciente frustración tras quedar excluido de los beneficios repartidos por el gobierno de Javier Milei. La reciente decisión del oficialismo de no avanzar con la privatización de Aerolíneas Argentinas y del Correo Argentino ha intensificado el malestar.
Pese al apoyo constante del PRO a las iniciativas parlamentarias de los libertarios, el partido no ha recibido cargos gubernamentales significativos. En contraste, el gobierno ha distribuido embajadas y proyectos de infraestructura a peronistas y representantes provinciales sin reparos.
Ante este panorama, Mauricio Macri se reunió con Cristian Ritondo, Diego Santilli, María Eugenia Vidal y Guillermo Dietrich, los dirigentes más leales, para analizar la situación tras la sanción de la Ley Bases. "Nos hicieron votar bajo coacción", expresó un legislador del PRO, reflejando el sentimiento de imposición y descontento generalizado. La situación se agravó cuando la ley pasó al Senado, generando aún más descontento en el macrismo duro.
Entre las asignaciones que causaron mayor molestia están la embajada en París para Lucila Crexell, la gestión de la represa de Salto Grande como recompensa al voto del peronista entrerriano Edgardo Kueider, y una rotonda en Choele Choel, asegurada gracias al apoyo de la rionegrina Mónica Silva. Paralelamente, Jorge Macri continúa sin recibir los fondos de coparticipación que, según un fallo de la Corte, deberían ser destinados a la Ciudad.
Desde el PRO, las críticas son contundentes. "El gobierno carece de una verdadera política. Ahora vemos a Francos distribuyendo obras, promesas, embajadas y represas", declararon fuentes del partido.
Otro punto de discordia es la eliminación de Aerolíneas Argentinas del plan de privatizaciones. Guillermo Dietrich, uno de los principales defensores de la privatización del sector aerocomercial, expresó su descontento en redes sociales, calificando a los responsables como "malos políticos que nos encadenan al fracaso". Para Dietrich, mantener el sector aeronáutico bajo control estatal refleja "un atraso intelectual y una falta de comprensión de las dinámicas globales, perjudicando el futuro del país por décadas".
El Correo Argentino, otra empresa retirada del paquete de privatizaciones, también ha sido motivo de preocupación. La compañía, que perteneció a la familia Macri hasta su reestatización por Néstor Kirchner en medio de controversias contractuales, sigue siendo un tema sensible debido a las implicaciones judiciales aún vigentes.
En resumen, la exclusión del PRO del reparto de cargos y beneficios, sumada a la decisión de no avanzar con privatizaciones clave, ha profundizado las tensiones dentro del partido y su relación con el gobierno de Milei.
Fuente: lapoliticaonline.com