En el barrio porteño de Villa Ortúzar, un padre ha demostrado que no hay plazo para cumplir las promesas hechas a un hijo. Jorge Costantini, un artesano dedicado a las matrices de plástico, cumplió el sueño de su hija Macarena de tener un Troncomóvil, el emblemático auto de Los Picapiedras.
La historia comenzó hace 20 años, cuando Macarena, entonces de 7 años, salió del cine entusiasmada por la película de Los Picapiedras y pidió a su padre que le construyera un coche igual al de Pedro y Vilma. Sin decir que no, Jorge comenzó a dibujar y planear el proyecto, que finalmente se concretó este año.
El Troncomóvil, construido con una estructura de madera reciclada de un árbol del barrio, un motor de 110 centímetros cúbicos, y frenos que se accionan con los pies como en la serie original, es una réplica fiel al original de la serie animada de los años 60. Macarena, ahora con 27 años, compartió su alegría en TikTok, donde el video se volvió viral, acumulando más de 2 millones de reproducciones en un fin de semana.
Para Macarena, la espera de dos décadas valió la pena. Ahora, con su auto de Los Picapiedras listo, bromea con la idea de pasear por el barrio y estacionar frente a los boliches, segura de que su singular vehículo no necesitará la Verificación Técnica Vehicular (VTV).
La historia del Troncomóvil no solo es un tributo a la serie que marcó la infancia de generaciones, sino también una prueba de que las promesas, aunque tarden en cumplirse, pueden convertirse en realidad con paciencia y amor.