Viudas negras 2.0: Historias de siempre pero en la era de Tinder

30-11--1 - Por Primera Página

La advertencia no conoce de género, orientación sexual, ni clase social. Puede ser mujer, hombre, trans, adulto mayor, adolescente, joven, profesional o desocupado. El riesgo siempre está allí latente. Como hace un siglo, pero más fácil. Las aplicaciones de citas como Tinder o Grindr han "democratizado" y facilitado el "levante", pero con ello también pusieron a unos clicks de distancia los riesgos que además se minimizan bajo lo que todos denominan "la calentura del momento".


Un docente de la UBA narró su experiencia en un "levante" por la app Tinder para concientizar sobre los riesgos de "meter a cualquiera" en la casa de uno


 

Confiar, s siemuponerpre lo deseado, no ser "mal pensado", no seguir los eternos consejos de encontrarse primero en lugares públicos, pueden llevar a vivir experiencias incómodas, peligrosas y hasta letales de cruzarse con la persona equivocada.

La serie furor "Dahmer", cuenta algo similar pero en tiempos de seducción cara a cara y cuerpo a cuerpo. Eran los 80.

Ahora, con todo servido en bandeja desde el celular y con Uber a cualquier hora de la noche, los riesgos se multiplican a niveles insospechados.


ALERTA: "VIUDES NEGRES"


La historia del docente y Licenciado en Administración de la UBA Alan Moreno, que él mismo narró en su cuenta de Twitter, puede servir como alerta para miles, que cómo él, creen que el mundo está habitado únicamente por "gente de bien", o que piensan "a mi nunca me va a pasar".

La viuda negra con la que se topó podría haberle robado todo y hasta herirlo o matarlo.

No es spoilear la historia si anunciamos que del relato que ahora reproduciremos, Alan, ex participante de un reality hace 10 años (Perdidos en la Tribu), salió ileso, pero con una lección aprendida, que esperemos que su excitación por tener sexo, no le haga olvidar o minimizar en un futuro.

Su relato, excelentemente detallado, permite ir deduciendo lo que va a suceder, y que es lo que termina en definitiva pasando, aunque la sangre no llegó a ningún barril con ácido para desintegrar sus tejidos, como en la mencionada serie basada en hechos reales.


AQUÍ LA HISTORIA


"Hace unos días viví una de las noches más heavys de mi vida. De esas historias que te las cuentan, parecen de película y nunca crees que te pueden pasar... sucedió". Una cita de TINDER se transformó en casi una tragedia.

Invité a una chica a tomar algo a mi casa (primer error)..

Veníamos charlando toda la semana, habíamos quedado en ir a tomar algo un sábado pero finalmente no se dio porque me sentía mal. Se ofreció a venir a "cuidarme" (vivíamos a 1.30 hs de distancia). Acepté. Tardó mucho más de lo esperado. Eran ya las 12 de la noche y no llegaba.

Llegó en un supuesto Uber. Parecía muy buena onda aunque se la notaba muy nerviosa. Me sorprendió que mirara con tanto detalle la casa. Abrí un vino, charlamos un rato largo. Pasaron más de 2 hs. Se quedó sin puchos y decidí bajar a un quiosco. Quedó sola en mi casa (2do error)..

Vuelvo a casa, sigo tomando de la copa de vino que me había servido. Noté un sabor muy raro (no seas paranoico Alan, pensé). La intuición me hizo ir al baño y escupirlo. La noche siguió, empecé a sentir miedo pero trataba de no hacerme la cabeza. "¿Cómo te va querer hacer algo?"

Pusimos una película, seguimos charlando. Hacia muchos comentarios sobre lo material "qué lindo celular, ese es tu auto?.." Lo naturalicé. En un momento se va al baño y vuelve con otra copa de vino. Me la ofrece. Cuando la tomo, vuelvo a percibir el MISMO sabor que antes.

Pensé en echarla, en decirle algo. No me animé, pensé que era una sensación propia y no una realidad. Decidí simular que tomaba de la copa, quería percibir su reacción. Continuamente me ofrecía para que siga tomando. Estaba cansado, preocupado. Me ganó el sueño y me quedé dormido

Detalle importante: antes de que viniera decidí guardar todo aquello de valor en un armario (notebook, llave del auto, billetera, plata) "casi no la conozco, no sea cosa que pase algo" pensé... Por esas casualidad de la vida me quedé dormido con el celular debajo de la almohada.

Para ese entonces ya eran las 6.30 am, nos habíamos acostado juntos. Me despierto, miro el celular: 8.00 am. La piba no estaba en mi cama. "Seguro está en el baño" pensé. Pasaron 5, 10 minutos. No volvía. Decido salir del cuarto. Miro la puerta del depto: las llaves no estaban.

Cuando salgo del departamento la encuentro en la escalera, se estaba llevando la tele, arrastrándola por el pasillo. Le gritaba algo a alguien a lo lejos. No llegué casi a decirle algo que me vio y empezó a correr. La picada de su vida. Tenía mis llaves en la mano.

No sabía si perseguirla, si volver.. pánico. Estaba encerrado en mi propio departamento. Una hija de puta desconocida tenía las llaves de mi casa y sabía dónde vivía. Obviamente a esa altura ya me había bloqueado de todos lados. Denuncia policial, cambio de cerradura.

La historia de Alan acerca de los riesgos de las apps de citas como Tinder, despertó todo tipo de comentarios en redes. Algunos hasta dudaron de su veracidad a pesar de ser verosímil 100%.

Se esfumó. 1 hora más tarde y me desvalijaba la casa. Ni pensar en mi integridad física.. la saqué demasiado barata. Dormí con una ladrona sin darme cuenta. No sé qué me puso en el vino, no se por qué me expuse de esa manera.

Me pegué el cagazo de mi vida. Hago esto público únicamente para concientizar sobre el uso de estas apps. Cuidemos nuestros hogares, nuestra manera de relacionarnos. No confiemos tanto. No metamos a cualquiera en nuestra casa. Fui un boludazo con suerte, mucha suerte.

 

Ojalá te llegue este hilo “Martina” y no vuelvas a engañar a nadie nunca más. Estoy seguro que no fui el primero y muchos otros pasaron por esto"