El influencer Yao Cabrera, conocido por sus travesuras en las redes, recibió una sentencia de cuatro años tras las rejas por reducción a la servidumbre. ¡Ah, qué tiempos aquellos en los que solo te metían en problemas por no entregar las tareas! Pero Yao llevó su creatividad a otro nivel, sometiendo a su editora a un régimen más estricto que el de un dictador en pleno siglo XXI.

¿Qué pasó? Bueno, parece que contrató a su editora bajo promesas de un paraíso laboral, pero la realidad fue más cruel que el final de tu serie favorita. Jornadas de trabajo interminables, multas por incumplimiento y una dieta tan pobre que hasta un estudiante universitario se sentiría ofendido. Pero ahí no termina la cosa, amigos, ¡el influencer ni siquiera pagó lo prometido! Cómo dijo la jueza: "¡Eso sí que no se hace!"

Ahora, el pobre Yao tiene que pagar 6 millones de pesos a su víctima. ¡Imagínense la cantidad de followers que necesitaría para juntar esa plata! Pero ahí no termina la historia, la magistrada mandó a investigar sus finanzas. Parece que los influencers no solo juegan con likes, ¡también con los impuestos!

Con todo esto, uno no puede evitar pensar ¿Deberíamos dejar de seguir a estos influencers y empezar a seguir a los que cumplen con la ley? Al fin y al cabo, ¡nunca sabemos quién será el próximo en caer en desgracia en este circo de las redes sociales!