“Gracias a Dios lo pudimos resolver junto a mi compañera Daniela (Alegrucci). Es una situación horrible y la verdad que no se lo deseo a nadie. Lo que nos reconforta a nosotras es que el menor está bien y está con su familia”. La que habla es Astrid Sosa, una Oficial Suayudante que con asistencia de su compañera, le salvó la vida a un bebé de dos años tras practicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). El hecho ocurrió en horas de la noche de este miércoles, a metros de la comisaría de Hernández.
p>“Estábamos en la comisaría y escuchamos que modulan por el radio con un llamado al 911: a la vuelta de la comisaría en 30, entre 510 y 510bis había un menor que no respiraba, no reaccionaba. Cuando escucho eso, rápidamente atino a salir corriendo y cuando salgo de la comisaría veo a mi compañera Daniela que viene corriendo y me grita. Nos subimos al móvil y salimos”, manifestó. Todavía nerviosa por la situación, señaló que cuando se enteró del alerta no agarró ni el barbijo. “Imaginate la desesperación”, aclaró.
A su vez, relató que “al llegar al domicilio encuentro a la madre en estado de shock, muy nerviosa. Ella se encontraba sentada. Al costado de ella estaba la vecina con la criatura en brazos. Me lo entrega y me dice: ‘¡No respira! ¡No respira! ¡Está frío!’. Cuando yo lo toco estaba frío, sí”.
Asimismo, recordó que “estaba medio pálido. Lo tomo de los brazos, me siento y lo apoyo sobre la pierna y empiezo a hacerle la reanimación. Lo doy vuelta y le hago de nuevo las compresiones”. “Lo levanto para ver de nuevo si reaccionaba y nada. Le vuelvo a hacer lo mismo y me vuelvo a levantar: me lo pongo en el pecho y le comienzo a acariciar la espalda y le golpeo la colita como hacen los médicos cuando el bebé nace para que largue el llanto y veo que empieza a reaccionar. Hacía movimientos pero no respiraba”, completó.
Entre el llamado del 911 y el cierre de la dramática situación, Astrid cree que pasaron sólo 15 minutos, pero que la acción de reanimación apenas duró segundos. “Cuando lo agarré, lo sostuve mirando hacia abajo porque no sabía si se trataba de un paro o si estaba atragantado. Lo que atiné fue a sostenerlo y hacerle compresiones en la espalda a la altura de los omoplatos”, contó sobre sus movimientos mientras Alegrucci contenía a la madre.
En ese marco, Astrid recordó que atravesó una situación similar con su hija hace tres años, cuando egresó de la escuela de la Policía. “Fue una situación de atragantamiento cuando ella era bebé. Sólo tenía meses. Su papá se puso nervioso y sólo reaccioné. Fue el instinto de madre que me hizo agarrarla y le metí los dedos en la boca, pero eso que hice estuvo mal y fue por desconocimiento. La puse boca abajo y la apreté y largó lo que la atragantaba”. “Esa reacción fue por desconocimiento, pero gracias a dios hoy en día sé cómo reaccionar por los cursos y capacitaciones que realicé en estos años”, reflexionó, al tiempo que comentó: “En ese momento se me cruzó por la cabeza la imagen de mi hija y mi familia. Lo tenía en brazos y me decía: ‘Podría haber sido mi hija’. Esto es algo que te cambia la vida”.
Al ser consultada por lo que podría haberle ocasionado ese cuadro al bebé, Sosa contestó que no saben qué es lo que tenía porque “cuando nosotros llegamos, lo que decía la madre en medio de su estado de shock era que le había dado el pecho y la mamadera y que lo había dejado en el coche. Después salió a hacer una cosa y al volver lo ve con los ojos abiertos y temblando”. “Fueron segundos y después el nene se reincorporó”, remarcó.
Por último la oficial indicó que no suele trabajar en ese turno pero debió cubrir a una compañera que contrajo COVID-19. “Acá somos casi todas mujeres. La titular de la dependencia… Después somos tres oficiales de servicio y las ayudantes de guardia también son todas mujeres. Además, casi todas somos madres”, concluyó. Fuente: 0221.com.ar