El allanamiento realizado por la Policía en su casa de Tolosa permitió descubrir una escena increíble.

 Cruces y símbolos pintados en las paredes, estatuillas Umbanda y de San La Muerte, y demás elementos ritualísticos colmaban una de las habitaciones de la vivienda.

Las autoridades habían acudido allí luego de que Papupa le dispara al menos diez veces a una persona, a quien le exigió que firmara la posesión de derechos de tierras ubicadas en Abasto.

  
Tras el ataque, en el cual no se produjeron heridos, el implicado escapó con su camioneta en dirección a su casa de Tolosa, donde se resguardó junto a sus amuletos de veneración al santo pagano.

 Sin embargo, una vez iniciada la investigación a cargo de los efectivos de la comisaría 11°, la Justicia libró tres órdenes de registro localizadas en el barrio. 

Fue en una de estas que se logró detenerlo.

  
“Papupa tiene muchos contactos en diversos círculos y es muy difícil seguirlo y atraparlo. Se ampara en eso para seguir involucrado en actividades ilícitas”.

Lo dijo uno de los investigadores, quien informó que “también se está estudiando su relación con la UOCRA”.

No obstante, durante el operativo los efectivos lograron secuestrar su Ford Ranger (usada en el día del hecho), una pistola Glock 9 milímetros con catorce municiones.

También encontraron un rifle simil carabina, un DVR de cámaras de seguridad, siete celulares, tres cuchillos tipo facón.

Y mucha droga y plata: 50 gramos de cocaína, plantas de marihuana, 139 gramos de la misma sustancia compactada y 300 dólares.

La causa, caratulada como "coacción agravada, amenazas calificadas, tenencia ilegal de arma de guerra e infracción al artículo 289 del Código Penal", en la UFI N° 7, a cargo de la fiscal Virginia Bravo.

  
Cabe recordar que a mediados de noviembre del año pasado, la justicia Penal dictó la prescripción de la causa seguida a Papupa y Fernando Núñez, otro barra del Lobo.

La iniciaron por "protagonizar disturbios en las inmediaciones del Estadio Único durante el histórico clásico entre Estudiantes y Gimnasia, del 15 de octubre de 2006".

La medida benefició a ambos, quienes fueron procesados por los delitos de "incitación a la violencia colectiva, desobediencia, daño en ocasión de espectáculo deportivo.

"Lesiones leves calificadas por la condición de la víctima y por su comisión en ocasión de un espectáculo deportivo", aunque Córdoba también fue acusado de "amenazas", concluye la calificación penal.

La causa se elevó a juicio oral en junio de 2011. Pasaron más de siete años sin que el expediente registrara actos procesales que interrumpieran el plazo de prescripción.

Eso está dado por el máximo posible de una eventual pena ante un veredicto condenatorio. Finalmente, la causa terminó por prescribir. Fuentes: La Movida Platense, 0221, Télam.