Las reuniones sociales se convirtieron, por los efectos de la pandemia de coronavirus, en encuentros que se planifican por una multiplicidad de canales de comunicación, algunos impensados hasta hace algunos meses. En este contexto, la aplicación de citas Tinder pasó a tener relevancia sobre todo para personas que vienen desde otros lugares del país y buscan concretar alguna previa o pequeña fiesta clandestina en la ciudad, así como para los rosarinos que se fueron de viaje antes de las restricciones que rigen en el país desde hace dos semanas. En el medio, algunos perfiles exhiben datos que en la vieja normalidad hubiesen quedado hasta desubicados: el estatus de vacunado o vacunada, además de aclaraciones como “ya tuve Covid (ver aparte)”.
La virtualidad demostró que tiene todo un campo fértil en lo que va y lo que queda de pandemia. Las aplicaciones de citas ofrecen una versatilidad que va desde el fin con el que fueron creadas hasta la búsqueda de otras cosas: las reuniones clandestinas. Es así que el trackeo de las ubicaciones de los dispositivos móviles ayuda a encontrar a otras personas, independientemente de si el usuario que busque perfiles según sus intereses es de la ciudad donde se encuentra o no.
“Con unos amigos nos fuimos en Semana Santa a Mar del Plata y lo usamos para buscar algunas previas. En algunos de los perfiles que vimos no decía que las personas estaban vacunadas, pero varios aclaraban que ya habían tenido Covid”, contó a La Capital Eduardo (32). En ese rango etario, a menos que el perfil sea de algún trabajador de la salud, es más probable que haya contagios antes que vacunados, ya que las estrategias para inocular comenzaron con los adultos mayores. Y en este contexto, pareciera que el dato sirve como gancho o atractivo para darle una especie de tranquilidad al otro.
“Entre los que asumen riesgos, funcionan dos mecanismos psíquicos: uno es la negación, en el que la persona piensa que lo que pasa no existe, que no pasa nada y que todo esto no es para tanto; el otro es la omnipotencia, que es muy típica en la franja adolescente, que es la que cree que no le va a pasar nada o no le va tocar”, agregó, en diálogo con La Capital.
Esta suerte de desviación de la finalidad original de Tinder no solo se da en ciudades turísticas. Antes de que se apliquen las restricciones que corren hace dos semanas, Joaquín (28) se cruzó en Tinder con el perfil de un grupo de chicas que eran de la Ciudad de Buenos Aires y, como Eduardo, buscaban una previa porque se venían a pasar el finde a Rosario: “Eran cuatro, tenían su perfil y en la bio contaban que buscaban previas en Rosario, y que una de ellas estaba vacunada”.
La pandemia repercutió de diferentes maneras. El agotamiento se siente mucho más que el año pasado y, según Pedro, esto se da más en “los jóvenes y en las personas a las que les gusta salir mucho”, quienes para concretar reuniones “apelan a lo que tienen a mano, en este caso las apps de citas”.
Desde que aumentaron todos los indicadores relacionados a los casos de coronavirus en Rosario, en julio de 2020, se desbarataron alrededor de 60 fiestas clandestinas solo en la ciudad. La mayoría de los operativos comienzan con una denuncia por ruidos molestos (los fines de semana hay entre 80 y 100 llamados al 147 por ese motivo en Rosario, y hay domicilios que reciben hasta cinco denuncias en una sola noche) o un mensaje a cuentas institucionales de la Municipalidad o a funcionarios en la redes sociales, además de investigaciones que realizan los agentes en distintas plataformas digitales.
Unas 90 personas fueron detenidas durante el primer fin de semana luego del endurecimiento de las restricciones dispuestas por la provincia en el marco de la llegada de la segunda ola de contagios de Covid. La policía de Santa Fe y la Secretaría de Control del municipio desbarataron fiestas clandestinas en distintos puntos de la ciudad, clausuraron locales, retuvieron vehículos y detuvieron personas que incumplieron el decreto que impide encuentros sociales y establece restricciones a la circulación nocturna.
Los especialistas remarcan que vacunados o no, los rosarinos deben seguir sosteniendo las herramientas de prevención de contagios: el uso adecuado del barbijo, la distancia entre personas (incluso al aire libre), la ventilación de ambientes cerrados, el lavado frecuente de manos y evitar reuniones.
La vacunación como “gancho” para conseguir pareja
El dato sobre si un usuario en Tinder está vacunado o no toma otra relevancia en el contexto actual. Sin embargo, los especialistas ya remarcaron en varias oportunidades que el estar inoculado no previene la enfermedad por completo y puede haber contagios.
La tendencia a informar en el perfil si el usuario está vacunado comenzó a verse en Estados Unidos. Según una publicación del New York Times, Tinder informó que hubo un aumento del 258 por ciento de la mención “vacunado” o “vacunada” en las biografias de los usuarios, entre septiembre y diciembre de 2020. Por su parte, la misma publicación indicó que la aplicación OkCupid dio a conocer que quienes aseguran haber recibido la vacuna tienen el doble de “me gusta” en sus perfiles.
“En estas aplicaciones, predomina la imagen y algún dato, nada más. Algunos pueden tomar el dato (de que alguien esté vacunado) como un aliciente, aunque en el fondo el riesgo de tener un encuentro presencial sea el mismo. Incluso, este dato puede ser mentira”, indicó la psicóloga Cecilia Pedro.
A ello, sumó: “La pandemia, en general, antepuso el intercambio verbal a las relaciones interpersonales, disminuyendo las citas presenciales. Aunque hay que ir a la singularidad de cada uno”.
“Depende de cada uno. Hay gente a la que la pandemia le pegó muy fuerte y se cuida mucho; y hay gente que no le da importancia a esto y que sigue haciendo su vida habitual como si no estuviésemos en pandemia”, amplió la psicóloga, además de destacar que “es interesante diferenciar entre las aplicaciones de citas y conocer a alguien personalmente. Cuando son relaciones presenciales, hay un contacto visual, miradas, gestos, palabras y un reconocimiento mutuo de la subjetividad del otro”.
El diferenciador entre lo que mencionó Pedro y las conductas en las apps de citas es que en éstas los usuarios “tienen enfrente un perfil, que poco dice y no interactúa. De alguna manera, se ha mercantilizado la búsqueda sexo-afectiva”. Fuentes: lamovidaplatense.info y lacapital.com.ar