El hospital Gutiérrez de La Plata no deja de llamar la atención con sus malas prácticas y la falta de sensibilidad de algunos de los integrantes de su cuerpo permanente de profesionales.
p>Antes del inicio de la pandemia, hace más de un año, fueron noticia porque volvía en febrero como director, un médico con malísimos antecedentes, especialmente en el trato a sus colegas del nosocomio en su gestión anterior.
Luego, ya iniciada la dolorosa y todavía vigente lucha contra el Covid-19, volvieron a ser noticia con los contagios masivos de su personal y el reclamo furioso por mejores condiciones laborales y la falta de indumentaria y elementos de trabajo adecuados.
Y como cuando un árbol viene torcido todas sus ramas caen para el lugar menos adecuado, este año no abandonan su sed por el escándalo, haciendo gala de los peores recursos para el desarrollo de la tarea profesional, complicando la vida de sus pacientes.
Ahora salió a la luz el caso de un hombre de 55 años, oriundo de Ensenada, que vive una verdadera pesadilla desde hace más de 25 meses, cuando fue por primera vez a hacerse ver por un dolor en sus manos.
Una fría mañana de otoño de 2019, Claudio Roberto Gil llegó hasta el viejo edificio bordó de 118 y 40, para tratar de encaminar una afección que parecía menor a esa altura. Pero se topó con quien los allegados de Claudio describirían ante este medio como “un joven e inescrupuloso médico que honra muy poco a su profesión”.
Aquella mañana, el doctor Federico Giordano, que apenas pasaba los 30 años de edad, lo atendió luego de una eterna espera y lo comenzó a medicar. “La visita al consultorio fue corta y el trato profesional seco, distante y soberbio”, según el relato familiar.
La indicación del profesional era que volviera al mes siguiente y eso se repitió hasta ahora. Pero la medicación suministrada no solo no logró mejorar su situación, sino que por el contrario, la salud de Claudio fue empeorando rápidamente.
En un acto que sus familiares, luego de varias interconsultas, consideran lisa y llanamente una mala praxis, el humilde albañil ensenadense terminó postrado en una cama al poco tiempo de iniciado el conflictivo tratamiento al que lo sometió Giordano.
Las versiones del círculo íntimo del paciente indican que al parecer “el exceso y la mala administración de los medicamentos indicados por dicho profesional, habrían causado los trastornos inesperados y muy poco frecuentes para este tipo de pacientes”.
Aseguran los voceros familiares consultados por Primera Página, que la elevada ingesta de corticoides sería el principal factor para que se llegue a la actual situación de Claudio.
“Esos remedios le comieron las articulaciones y los huesos”, afirman las fuentes familiares. Esta es la situación que mantiene al infortunado paciente de Giordano postrado en su cama desde hace más de 20 meses, con dolores insoportables y casi sin recursos para movilizarse.
Según señalaron nuestros informantes, luego de varias reuniones de integrantes de la familia Gil con el médico Federico Giordano, traumatólogos y la directora del hospital, se habría descubierto que las prótesis que el mencionado especialista en reumatología decía haber pedido infinidad de veces y no llegaban por desidia del Ministerio de Salud, en realidad “nunca habrían sido solicitadas oficialmente” por el profesional actuante (Giordano).
Lo que en el barrio se conoce como un verdadero y doloroso acto de injusticia, donde un médico habría jugado dos años con el dolor ajeno, terminó en la presentación de un recurso de amparo por parte de los familiares de Claudio Gil.
Inmediatamente, la justicia ordenó que se hiciera ese pedido formal al Ministerio de Salud provincial y ahora sí, desde el pasado 18 de mayo, comenzaron a correr los tiempos reales para la llegada de las prótesis necesarias para aliviar el insoportable dolor de huesos de Claudio.
Sin embargo, tal vez apabullado por las denuncias de la familia de la víctima, Giordano habría decidido unilateralmente dejar de atender a Gil, enojado por las denuncias en su contra.
Por estos motivos y por la falta de conducción de las autoridades del nosocomio del barrio Hipódromo, los familiares, vecinos y amigos del infortunado paciente, están organizando una serie de marchas al hospital y al Colegio de Médicos.
Los manifestantes pedirán que la justicia y los órganos administrativos competentes, estudien y concluyan si hubo negligencia, mala praxis y abandono de persona, como ellos creen, por parte del médico reumatólogo Federico Giordano, en el caso del paciente Claudio Gil.
