Preparan una puesta en escena de Santilli hoy en La Plata que es para alquilar balcones. El colorado es porteño hasta la médula, pero se presenta en la provincia de Buenos Aires, un territorio en el que el paracaidismo político es una tradición.
p>O nacieron o vivieron casi toda su vida entre la General Paz y el río, la mayoría de los últimos gobernadores bonaerenses, excepto Alejandro Armendaris (1983-1987) que era un radical oriundo de Saladillo y gobernó durante la presidencia de Raúl Alfonsín.
Luego el peronista Antonio Cafiero (1987-1991) NyC en San Isidro y Eduardo Duhalde (1991-1999), otro enorme dirigente del PJ, que siempre vivió en Lomas de Zamora.
Lo que vino luego fue todo porteño, ordinaria e impunemente reciclado. Carlos Ruckauf (1999-2001), un impresentable porteño, peronista de ultra derecha, que inventó los Patacones, hundió a millones de bonaerenses y apenas pudo huyó como rata por tirante en el “que se vayan todos”.
Lo sucedió su vice, Felipe Solá (2001-2007), un bonaerense bien aporteñado, en sus formas y su residencia desde chico, que adhirió al peronismo coqueto de Cafiero en su momento y vivió siempre como estanciero porteño que va al campo (sector al que siempre quiso representar) a visitar a sus peones pero vuelve a dormir en Recoleta. Hoy es canciller.
Más tarde, llegó el porteñismo puro. Lo inició el inefable Daniel Scioli (2007-2015), un vendedor de electrodomésticos del Abasto de CABA, hombre de la farándula y el deporte inventado, traído a la política por el comandante riojano “El Carlo” SM. Su gobernación fue desastrosa y sus huellas anaranjadas aún se ven en la administración bonaerense.
Dani vivió toda su gobernación en Tigre y atendía en las oficinas porteñas del Banco Provincia. Despreció siempre la casa de Gobierno en La Plata.
Para remediar la situación, Mauricio Macri mandó a su vice jefa de gobierno porteño, María “EuHeidi” Vidal (2015-2019), que se inventó domicilio en Morón y entró a la provincia como si fuera local. Hizo un desastre igual o peor que el de Scioli.
Mariu vivió toda su gobernación en una base aérea de Morón con la excusa que la querían matar las mafias de la provincia y atendía en las oficinas porteñas del Bapro. Despreció siempre la casa de Gobierno en La Plata (cualquier parecido con Scioli es pura casualidad).
Y en 2019 llegó otro porteño, Axel Kicillof, el niño mimado de Cristina. Pero esta vez dio vuelta la cosa y se puso la 10. Se fue a vivir a La Plata, en la Residencia que está en la mismísima Gobernación bonaerense, en calle 5 entre 51 y 53.
El “nene de Cris” pasea caminando o en bicicleta con sus hijos por la ciudad de las diagonales y hace un culto de esa decisión. No cambia nada si su gestión fuera mala. Pero no lo es. En el manejo de la pandemia fue de lo mejor del país. Y no es poco cuando se tiene bajo su guarda al 40% de los argentinos.
Ahora, el calvo y flamante conductor amarillo, Horacio Rodríguez Larreta, imita a su ex jefe MM y manda a su vice a las tolderías bonaerenses. El colorado Santilli, Diego para el léxico PRO, es un filo peronista elegante y prolijo que encajó perfecto en el tablero larretista.
En un territorio lleno de pobres, es difícil entrar sin olor a peronismo. El Colo, detrás de su perfume importado, deja olfatear algo de popular. Y parece más serio que EuHeidi.
El pelirrojo dirigente amarillo se lanza en un rato en la localidad más concheta del partido de La Plata: City Bell. Allí residen casi todos los ricos o acomodados de la capital bonaerense. Y para colmos, no eligió la calle para su presentación como candidato a primer diputado nacional por PBA. Lo hará en el elitista Club Hípico.
En esa City Bell hermosa y sectaria, hay un lugar que parece traído de una novela que relata la historia de la Roma antigua. El recontra elitista country Grand Bell es “la ciudad amurallada” de La Plata moderna. Allí viven atrincherados contra la inseguridad, los pobres y la manga, los más ricos de los ricos platenses. Es verdad, hay jugadores de fútbol, profesionales, empresarios y comerciantes exitosos.
Pero especialmente abunda en Grand Bell una raza nueva y dañina para la naturaleza (y la población en general) formada por políticos y gremialistas multimillonarios entre los que se destacan el actual intendente Julio Garro (PRO); la candidata a primera diputada nacional del FdT, Victoria Tolosa Paz, que encabezan una enorme lista que nombraremos detalladamente en una próxima y cercana nota que te invitamos a leer. Fuente: visionpolitica.info