“El viernes a eso de las 15,30, fui a Nini acompañada de mi hija y mi hermanastra con su nene de 4 años, y en un momento que mi nena quiso agarrar un juguito de una góndola, cae una de las lámparas con foco y todo desde muy alto y cerca de ella”, relató Gisella, madre de la criatura, al portal La Plata 1.
“Fue como una explosión, en ese momento quede en shock, pero esa lámpara podría haber matado a mi hija. Me empecé a sentir mal porque soy hipertensa, así que agarré los último que me faltaba y me fui a la caja. Lo llamativo e indignante es que nadie vino a preguntarme si mi hija estaba bien”, siguió Gisella, mientras aseguró que hará un planteo formal a las autoridades.
No es la primera vez que la empresa Nini se destaca por lo malo y turbio. Las denuncias por presencia de roedores entre los alimentos, faltas de habilitación municipal correspondiente con posterior clausura, despidos de trabajadores de forma injustificada y con hechos de discriminación, son parte de los antecedentes que reúne el comercio ubicado en 520 y 25.
La pandemia mundial por el coronavirus, encontró a Nini cargada violaciones a sus deberes, que no se ajustaron a los protocolos establecidos y varios trabajadores contrajeron el virus, hecho que se intentó ocultar y que luego de denuncias públicas, debieron adecuarse al mismo, para no sufrir multas altísimas, mucho más que para proteger a sus empleados y clientes.
El nivel de impunidad con el que pretenden manejarse parece ya no tener cuerda, y cada vez son más los vecinos que al asistir padecen las consecuencias por la falta de higiene y mantenimiento en el lugar, que debe realizarse para garantizar la salud de los presentes, como la calidad de alimentos que venden.