Con la excusa que Gustavo Posse es radical y ellos enfrentan al radicalismo de Facundo Manes (nosotros tenemos al mejor boina blanca, quiso decir), el anfitrión intendente de La Plata, Julio Garro, les marcó la cancha a sus compañeros de equipo Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli de cara al 2023.

Como es notorio y hasta exagerado, el calvo jefe de gobierno porteño arremetió a fondo durante el armado de las listas hace dos meses, para imponer a su pelirrojo vice jefe a la cabeza de la lista de diputados nacionales y que de ese modo sea la cara visible de la costosa campaña que él mismo pagaría. "Si quieren poner a otro paguen ustedes", palabras o menos habría dicho Larreta cuando los intendentes intentaron que uno de ellos, un bonaerense, se proyecte usando la fama electoral de este turno, hacia 2023. 

Pero el padrillo de Uspallata dejó huellas muy profundas entre los principales referentes amarillos bonaerenses, especialmente algunos intendentes poderosos y con ambiciones propias para el próximo turno electoral en la provincia de Buenos Aires. Además de Garro y Posse están Jorge Macri, Diego Valenzuela, Guillermo Montenegro y Néstor. Grindetti

Forzar la candidatura de Santilli como primer diputado nacional por PBA siendo porteño, no solo le trajo ruido con el electorado más importante del país (votan 16 millones), sino entre aquellos que pretenden ser postulantes a la Gobernación en octubre 2023.

Julio Garro y Gustavo Posse son dos de los jefes comunales que aspiran a sentarse en el sillón más mullido del edificio ubicado en calle 6 entre 51 y 53 de La Plata. Pero Julio, como le queda más cerca, cree poder llegar antes que Gustavo, aunque con él y los demás jefes comunales PRO y radicales a su lado.

Al parecer, los intendentes de La Plata y San Isidro no solo tienen en común los hipódromos y los conchetos: también las ambiciones. Por eso, tejieron una alianza que ayer se encargaron que sea muy evidente durante el acto de cierre de campaña de Juntos en la el Partenón de la hermosa capital bonaerense, entre plazas, tilos y diagonales y a pocas cuadras de la sede del gobierno bonaerense.

En el medio del gimnasio del Club Atenas y televisado para el mundo como si se tratara de unas olimpíadas, Garro dio la bienvenida como anfitrión al Pela y al Colo, pero entre medio de ambos se encargó de resaltar estridentemente la presencia de su socio político Gustavo Posse.

La exagerada mención de Garro al hijo de Melchor no sonó a regalo de reyes para los porteños, que recogieron el guante con la sutileza de un orfebre y anotaron la jugada en el libro de la guerra por venir. Confirmaron lo que creían, pero de frente y claramente.

Ahora, la campaña seguirá así, en modo “somos re amiguis”, porque en este barco viajan Juntos, según reza su lema partidario; y el huracán K amenaza con lastimarlos a todos; pero ya está bien claro quiénes quieren que el futuro de PBA no sea colorado.

Fuentes: visionpolitica.info