La culpa no está en nuestras estrellas: como entender la astrología sin leer el horóscopo del diario

03-11-2021 - Por Primera Página

Desde la antigüedad la humanidad intentó encontrar las respuestas a sus incógnitas mirando el cielo: la aparición del Sol sobre el horizonte, luego su desaparición en el polo opuesto, la luna con sus formas cambiantes, el fuego ensordecedor que venía del cielo, las lluvias, las estrellas que guiaban sus travesías, etc. Ancladas en la tierra, las culturas más ancestrales comenzaron a configurar sus sistemas de supervivencia, culturales, sociales, políticos y económicos de manera entrelazada con las señales de la naturaleza, entre ellas, las del cielo.

p>El mapa del cielo se convirtió en una guía para los navegantes, para los jefes de tribus, gobernantes y reyes para la toma de sus decisiones. Observaron que en determinadas estaciones era más favorable cosechar, en otras, sembrar; cuando el sol se ocultaba tras la luna no se iba a la guerra, ni se iniciaba nada importante.

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Durante milenios la astrología fue parte del conocimiento de los sabios de cada cultura. El saber era una totalidad no separada en compartimentos estancos. La vida en la tierra era parte de la vida en el universo. Las estrellas, planetas y demás componentes del cielo mostraban configuraciones que tenían su correlato con la vida en la tierra. “Como es arriba, es abajo”, dice la frase hermética que es parte de la esencia de la astrología.

Asociada a la predicción de eventos de importancia para los jefes y reyes, la astrología constituía un cúmulo de saberes que sumaba astronomía, matemática, medicina, filosofía, etc. Con esa suma de conocimientos, los astrólogos asesoraban a los gobiernos para los emprendimientos más importantes de sus reinos y territorios.

Es recién a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX que la astrología se populariza como predictiva para todos los sectores sociales cuando ingresa mediante el “horóscopo” en los diarios y periódicos. Esta popularización mediática de la astrología como técnica predictiva se basó en el signo solar, y por muchos años se difundió un estilo de astrología muy reducida y acotada al Sol y su división en doce signos solares como si esta división pudiera incluir la variedad humana del zodíaco en estos 12 arquetipos solares.

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A medida que esa astrología era cada vez más desacreditada –y, por otro lado, con el auge de la psicología-, a mediados del siglo XX comenzó a prosperar la psicología humanística y psicológica, la que, en muy pocas palabras, analizaba la carta natal de la persona común y corriente para proveerle información sobre sus necesidades psicológicas, sus pasiones y deseos, sus mayores virtudes y sus desafíos más grandes.

La carta natal pasó a convertirse en un símbolo y un mandala único y personal que podía ayudar a cualquier persona a entender su psiquismo, sus dolores profundos y sus encrucijadas, a fomentar sus potencialidades y servir como guía en su camino de vida.

El Sol representa la identidad de la persona y su capacidad de integrar todos los elementos de su carta natal en un ego o personalidad coherente, con un sentido de propósito personal. El signo del sol y la casa o sector de la carta en la que se encuentra nos da información de cómo se va a manifestar esa identidad.

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La Luna simboliza las necesidades afectivas y emocionales, representa y marca los ciclos y ritmos de la vida cotidiana. Mediadora entre el pasado y el presente, la Luna es el lado inconsciente de la naturaleza humana, así como el Sol simboliza lo humanamente consciente y voluntarioso.

De acuerdo al signo y sector (casa) en que la luna, el sol, y otros planetas y puntos importantes se encuentran en la carta natal, podemos entender cómo se entrelazan esa identidad consciente y las necesidades emocionales con el deseo, el modo de pensar y comunicar, y la manera de accionar por esos deseos e ideales de vida.

La Astrología es un lenguaje simbólico que nos brinda herramientas de autoconocimiento para nuestra evolución consciente, en armonía con el universo y con nuestra misión de vida. Fuentes: lamovidaplatense.com y todoprovincial.com