Una versión indicó que una inspectora de Sanidad de Fronteras confundió la procedencia de una embarcación de Cabo Verde y la dejó ingresar al puerto de Buenos Aires.
p>Según la especie, que luego fue negada por las autoridades, el sábado otra inspectora que estaba en el puente de mando de ese navío, el crucero MS Hamburg, le dijo a una compañera, 12 horas después de que llegara del buque al país: “Boluda, este barco viene de Cabo Verde, ¿eso no es en África?”.El error revelaría no sólo la falla en los controles de ingreso a la Argentina tras el hallazgo de la variante Ómicron en África, que puso al mundo en vilo y generó el cierre de fronteras a cualquier transporte que provenga de ese continente.
<También habría sido una muestra de cuánto se desconoce la presencia y la historia de una comunidad como la cavoderdeana, que se estableció principalmente en Dock Sud, Ensenada y Berisso, aunque con el tiempo se extendió a otras ciudades.
Ese proceso de inmigración está documentado profusamente aunque es poco conocido (sobre todo) por la población más joven.
Su presencia fue notoria desde mediados del siglo XIX pero luego fue decayendo hasta que su descendencia fue integrándose con migrantes de otras naciones y en ese proceso perdió mucho de su identidad.
En esta región existe la Asociación Caboverdeana de Ensenada, creada el 13 de septiembre de 1927. Aseguran que es la entidad más antigua. Nació como una asociación de Ayuda Mutua entre los inmigrantes de ese país "para favorecer su desarrollo y el de sus familias".
<Los primeros en llegar a la región formaron parte de la creciente mano de obra que hizo pujante los frigoríficos Swift y Armour , y también trabajaron en YPF, el puerto y en otras ramas como la construcción.
En culturaargentina.org.ar se puede hallar un resumen de ese proceso migratorio: "La llegada de caboverdeanos al país comienza en la segunda mitad del siglo XIX y decrece en intensidad a partir de la década de 1960. En ese período, hubo dos picos importantes de ingreso de población de Cabo Verde, principalmente debido a las hambrunas por las que pasó el archipiélago: entre 1927 y 1933, y después de 1946".
Luego el trabajo mencionado detalla: "En la década del noventa, pero principalmente a partir del 2000, la presencia de africanos en Argentina volvió a crecer considerablemente. Llegaron senegaleses, cameruneses, nigerianos, malianos, liberianos y congoleños, entre otros. Esta nueva oleada se encargó de revitalizar una herencia cultural africana poco difundida en el país".
En su trabajo “La emergencia de una identidad diaspórica entre los caboverdeanos de la Argentina”, la antropóloga Marta Maffia describe el fenómeno mundial migratorio caboverdeano: "La conjunción de una serie de factores, entre los cuales podemos destacar la adversidad climática y sus terribles consecuencias, (…) rompe sistemáticamente el precario equilibrio de la economía caboverdeana y es en ese equilibrio inestable en el que se configura este fenómeno migratorio, que asume características de diáspora: fue generada por una situación traumática; proliferan comunidades de caboverdeanos por casi todas la regiones del globo y posee continuidad hasta la actualidad como una comunidad cultural extraterritorial".
<También menciona que "debido a que las principales actividades de los caboverdeanos estaban relacionadas con el mar, la pesca y las actividades navales, se asentaron principalmente en lugares cercanos a los puertos en los que solían encontrar trabajo. Los sitios más elegidos fueron el barrio de La Boca en la ciudad de Buenos Aires y Dock Sud, Mar del Plata y el partido de Ensenada".
De acuerdo a lo consignado en Cultura Argentina, "existen pocos datos oficiales sobre la población caboverdeana en la Argentina por dos razones. En primer lugar, porque entraron con nacionalidad portuguesa; y muchos la mantuvieron hasta el final de sus días. En segundo lugar, porque un importante número de los que llegaron lo hicieron en forma clandestina. Lo que sí sabemos es que la mayoría de ellos eran expertos marineros y pescadores, y que a esas actividades también se dedicaron en nuestro país. El 95 por ciento de ellos consiguió empleo en la Marina de Guerra, en la Marina Mercante, en la Flota Fluvial Argentina, en YPF, en los astilleros y en el ELMA. Fueron marineros, pero también maquinistas, carpinteros, electricistas y mecánicos. Esas cualidades, además, condicionaron las zonas en las que decidieron instalarse: siempre cerca de zonas ribereñas con puertos".
Según la antropóloga Marta Maffia, la invisibilidad de la comunidad caboverdeana en Buenos Aires pudo haber sido una estrategia, consciente o inconsciente, para lograr su inserción social con el menor grado de conflictividad.
En la actualidad, sin embargo, esa primera etapa está siendo revertida por algunos grupos de jóvenes de segunda o tercera generación, que reivindican sus orígenes y reconstruyen los lazos con su país de origen. Comenzaron a participar en fiestas de colectividades, a mantener comunicación con inmigrantes africanos de otros países, a tratar la problemática de la discriminación, a crear lazos con movimientos afros en América y a asumirse como “negros caboverdeanos en Argentina”.
<Para Maffia son "iniciativas que en su conjunto terminan por crear nuevos espacios sociales, culturales y políticos para los afrodescendientes".
En agosto de 1995 la caboverdeana María Fernanda Santos y la descendiente de caboverdeanos Irene Ortiz fundaron La Casa de Africa en Buenos Aires con el objetivo de "construir y reforzar las relaciones y la comunicación entre las autoridades argentinas y los distintos pueblos africanos, sus culturas y sus historias".
El mencionado trabajo señala que la historia institucional de los caboverdeanos "comienza a principios del siglo XX con dos instituciones que surgieron en plena crisis económica mundial y aún hoy siguen en actividad. La primera, creada el 13 de septiembre de 1927, es la Sociedad de Socorros Mutuos de Ensenada, que en 1960, cambió su nombre a Asociación Cultural y Deportiva Caboverdeana de Ensenada por no poder costear los aranceles de una asociación mutualista".
Y agrega: "La segunda institución, creada el 13 de agosto de 1932, es la Unión Caboverdeana de Dock Sud (Avellaneda) -en un primer momento tenía su sede en el barrio de La Boca-, que nació de la idea del caboverdeano Vicente Costa al regresar del entierro de un compatriota que no tenía familia y para el cual tuvieron que hacer una colecta para pagar la sepultura".
Al igual que la Asociación Caboverdeana de Ensenada buscaba mantener viva la herencia cultural y ayudar a los caboverdeanos que recién llegaban a encontrar trabajo y un lugar para vivir. Las dos entidades siguen funcionando en la actualidad.
En un apartado que titularon "Personalidades", los autores de "Caboverdeana" mencionan las "Personalidades" que se hicieron notorias en Argentina y cuyas raíces hay que buscar en Cabo Verde. Una de ellas es el actor Luis Medina Castro (1928-1995) , que realizó más de cuarenta interpretaciones en cine y televisión. También pueden mencionarse Juan Carlos Cobos (1928-1999): cantor y compositor de tangos nacido en Punta Alta y que luego de mudó a La Plata, donde cursó en el Conservatorio.
El más conocido actulamente es "El Pollo" de Okupas, Diego Alonso Gómez (1973-). Es actor y guionista. También interpretó a Rada “El Uruguayo” en Tumberos, a Mandarina en Disputas, fue co-conductor del programa La liga y conductor de Cárceles entre 2007 y 2010. También actuó en varias películas.
En el plano deportivo se destacó José Manuel Ramos Delgado (1935-2010), un futbolista y entrenador argentino, conocido como el “Negro”. Se inició en las inferiores de Quilmes y emigró al club Lanús en 1956. Jugó también en River Plate, Banfield, Santos y Portuguesa Santista. Participó en el seleccionado argentino en los Mundiales de Suecia (1958) y Chile (1962). Fuentes: lamovidaplatense.com e infoblancosobrenegro.com