Un aniversario redondo para una leyenda que, con el paso del tiempo, se convirtió en un verdadero emblema del folklore urbano local. El famoso "Hombre Gato"

Su aparición se dio en El Dique

Todo comenzó el 22 febrero de 1985, cuando vecinos de la zona de calle 36 y 124 comenzaron a reportar la presencia de un ser enigmático: una criatura humanoide con rasgos felinos que se deslizaba por los techos, emitía extraños maullidos y desaparecía en la oscuridad de la noche. Los rumores crecieron, y la policía llegó incluso a patrullar las calles en busca del esquivo personaje, sin obtener nunca una prueba concluyente.

Dentro de los relatos de la época, un hombre contó que su hija ingresaba a su hogar en calle 40 y 123 y sintió maullidos, cuando observó hacía el techo, había una silueta grande, con apariencias oscuras y luego con una gran elasticidad desapareció en las sombras.

Las versiones eran tantas como vecinos dispuestos a contarlas. Algunos afirmaban que el "Hombre Gato" poseía habilidades sobrehumanas, como la capacidad de saltar de un edificio a otro con la agilidad de un felino. Otros aseguraban que no era otra cosa que un bromista con un disfraz bien logrado, mientras que los más imaginativos no dudaban en vincularlo con experimentos secretos, seres extraterrestres o antiguos guardianes de la ciudad.

Todavía lo recuerdan

Entre los pobladores, cuando están con alguna copa de más, siempre hay alguno dispuesto a asegurar que, una vez, vio al "Hombre Gato" de cerca. "Era alto, flaco, y tenía unos ojos que brillaban en la oscuridad. Me miró, maulló y se perdió entre los árboles", contó un vecino cuando salió del bar después de vaciar la vinoteca, quien sostuvo que todavía, en las noches más silenciosas, se pueden oír aquellos maullidos inquietantes.

Con los años, el "Hombre Gato" pasó de ser un misterio policial a un símbolo de la cultura popular ensenadense. Apareció en programas de televisión y hasta hubo quien aseguró haberlo fotografiado (aunque la calidad de las imágenes siempre fue digna de una fotocopia borrosa).

Hoy, cuatro décadas después, la pregunta sigue en el aire: ¿existía realmente el Hombre Gato? ¿Era un bromista, un mutante o simplemente un gato callejero con demasiada prensa? Lo que es seguro es que, cada tanto, cuando una sombra se desliza rápida sobre un tejado, Ensenada recuerda que la leyenda sigue viva. Y que, tal vez, en una noche de luna llena, alguien vuelva a escuchar ese maullido misterioso que hizo historia.

¡Felices 40 años, Hombre Gato! Donde quiera que estés.