La derecha en ascenso: Milei, Trump y Meloni marcan el rumbo en CPAC 2025
El viento de la historia sopla a favor de la libertad. No es una casualidad que los líderes más relevantes de la derecha a nivel internacional se hayan encontrado en un mismo escenario, compartiendo una misma misión: recuperar el poder para la sociedad y ponerle fin al avance del Leviatán estatal.
En la CPAC 2025, Javier Milei, Donald Trump y Giorgia Meloni dieron discursos que no solo reafirmaron el rumbo del conservadurismo internacional, sino que dejaron en claro que estamos ante un cambio de época.
A diferencia de los encuentros progresistas que promueven políticas que esclavizan a los ciudadanos con impuestos, regulaciones y discursos vacíos, CPAC fue un grito de guerra de la nueva derecha global. Milei dejó en claro que el Estado no es la solución, sino el problema.
Trump reafirmó que la soberanía es innegociable y que proteger la identidad nacional es la clave para preservar la grandeza de cada país. Meloni, por su parte, recordó a Europa que debe despertar antes de perderse en la burocracia y la agenda Woke.
Lo de Milei en CPAC no fue una mera aparición internacional, fue un golpe de autoridad. En un evento donde históricamente han hablado los máximos referentes del conservadurismo mundial, Argentina tuvo un representante que dejó a todos con la boca abierta.
“La era del Estado omnipresente ha terminado”, sentenció Milei, y la ovación fue inmediata. La motosierra es más que un símbolo: es una declaración de principios.
El mensaje fue claro: el Estado no es un padre benevolente, es un monstruo devorador de riqueza que debe ser reducido a su mínima expresión.
En un mundo donde las élites intentan convencernos de que el colectivismo es la única opción, Milei dejó en claro que el único camino es la libertad.
La casta política en el mundo está temblando, porque lo que ocurre en Argentina puede convertirse en el modelo a seguir en otras naciones.
El kirchnerismo y sus herederos tienen los días contados, y eso es algo que la sociedad ya entiende.
Este año, Argentina enfrenta elecciones legislativas clave. La pregunta es simple: ¿seguimos el camino de la motosierra o permitimos que el Estado siga metiendo sus garras en nuestras vidas?
En 2023, los argentinos dieron el primer paso con Milei, pero la tarea no está completa. Sin un Congreso alineado con las reformas, el cambio real será imposible.
La Libertad Avanza necesita consolidar su posición en las cámaras para seguir profundizando el modelo de libertad económica y achicamiento del Estado.
Si Argentina quiere convertirse en un faro de eficiencia gubernamental en América Latina, este año no hay margen de error. La casta está debilitada, pero no vencida. El poder no se devuelve voluntariamente, se lo arrebata.
La única forma de asegurar el rumbo es con un Congreso que acompañe a Milei en la transformación del país.
La oposición kirchnerista y tibia de Juntos por el Cambio intentará frenar el avance, pero el pueblo argentino ya demostró que está harto de parches y excusas. El momento es ahora.
Donald Trump volvió a la Casa Blanca con el mismo mensaje que lo llevó al poder en 2016: América Primero.
Su discurso en CPAC fue una lección de liderazgo: firmeza en migración, dureza contra el crimen y un compromiso indiscutible con la soberanía nacional.
Mientras el progresismo sigue promoviendo fronteras abiertas y políticas que destruyen la economía, Trump dejó claro que su gobierno no permitirá la entrada descontrolada de inmigrantes ilegales.
Deportaciones masivas, el regreso de la política de Permanecer en México y un endurecimiento sin precedentes contra los cárteles criminales fueron los ejes de su intervención.
El mensaje es contundente: el que venga a Estados Unidos tiene que hacerlo legalmente y respetando las reglas.
Pero no solo habló de su país, también reconoció el trabajo de Javier Milei y lo puso como ejemplo de liderazgo en América Latina.
El mundo está mirando a Argentina y Trump lo sabe. Por eso, la relación entre ambos gobiernos puede ser clave para la consolidación de una nueva derecha global.
No es descabellado imaginar un acuerdo de libre comercio entre Argentina y EE.UU. que termine de dinamitar el Mercosur y liberar la economía de las cadenas del proteccionismo.
Giorgia Meloni, desde Europa, trajo un mensaje que se complementa con los de Milei y Trump: Occidente no puede rendirse ante la corrección política y el globalismo.
La primera ministra italiana dejó en claro que la batalla no solo es económica o política, sino también cultural.
Denunció que Europa ha sido sacrificada en el altar de la ideología progresista y que su recuperación pasa por reafirmar su identidad.
En un continente donde el multiculturalismo forzado y la burocracia han debilitado las naciones, Meloni apuesta por un retorno a los valores tradicionales.
Italia, con su liderazgo, se perfila como un bastión de la derecha en Europa, resistiendo las presiones de Bruselas y defendiendo una Europa de naciones soberanas.
Es la prueba de que el conservadurismo puede ganar en cualquier parte del mundo si se presenta con valentía y sin concesiones.
El mensaje que quedó de CPACes claro: la batalla por la libertad no es solo local, es internacional.
La izquierda internacional ha pasado años organizando su estructura para expandir su modelo intervencionista, pero ahora la derecha está jugando el mismo juego.
Trump, Milei y Meloni representan a una alianza de naciones libres que rechazan la expansión del Estado y la hegemonía progresista.
La política ya no se reduce a lo que pasa dentro de las fronteras de un país. La red de alianzas entre los líderes de la derecha internacional es fundamental para frenar el avance de los burócratas globalistas que quieren decidir por nosotros.
La CPAC 2025 dejó en claro que este movimiento tiene estrategia, liderazgo y voluntad de poder. Y Argentina no solo es parte de esto, sino que está en el centro del escenario.
El 2023 fue solo el comienzo. Este año, la batalla se libra en el Congreso, en cada provincia, en cada ciudad.
La Libertad Avanza no es un fenómeno pasajero, es la expresión del hartazgo de la gente con la casta política. Ahora es el momento de redoblar la apuesta y consolidar la transformación.
El futuro pertenece a los que se atreven a cambiar la historia. Y esta vez, la historia está de nuestro lado.
Fernando Arrieta vive en la provincia de Buenos Aires, es un reconocido auditor internacional, director regional de un organismo que ha otorgado más de 20.000 certificaciones a nivel global y columnista en prestigiosos medios, donde escribe sobre normas ISO, ciberseguridad y eficiencia gubernamental.
Activo en política desde 2006, ingresó a la militancia de la mano de su abuelo, Alberto Brito Lima, histórico peronista de derecha que en los años 70 combatió la infiltración de la izquierda en el justicialismo. Hoy, como parte de La Libertad Avanza, Arrieta impulsa una profunda renovación de la función pública, enfocada en la transparencia, la modernización y la gestión responsable de los recursos del Estado.
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