Los microplásticos, pequeñas partículas de plástico que contaminan nuestros océanos y ecosistemas, están penetrando en el cuerpo humano de formas insospechadas. Una reciente investigación ha revelado la presencia de microplásticos en el cerebro humano, lo que plantea serias interrogantes sobre los efectos a largo plazo de esta contaminación en nuestra salud.
Científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos han descubierto una acumulación significativa de microplásticos en muestras de cerebro humano. Estos hallazgos sugieren que estas diminutas partículas pueden atravesar la barrera hematoencefálica, una estructura protectora que normalmente impide el paso de sustancias dañinas al cerebro.
La presencia de microplásticos en el cerebro plantea serias preocupaciones sobre su impacto en la salud humana. Aunque aún se desconocen los efectos a largo plazo de esta contaminación, algunos estudios sugieren que los microplásticos pueden estar relacionados con enfermedades neurodegenerativas y trastornos del desarrollo.
Los microplásticos no solo están afectando al cerebro. Estudios previos han demostrado la presencia de estas partículas en diversos órganos, como los pulmones, el hígado y los riñones. Además, se han encontrado microplásticos en el agua que bebemos, los alimentos que consumimos y el aire que respiramos.