Un reciente estudio sugiere que el aumento de las temperaturas debido al cambio climático podría incrementar la incidencia de nacimientos prematuros en todo el mundo. Los investigadores encontraron una fuerte relación entre la exposición al calor extremo durante el tercer trimestre del embarazo y el riesgo de parto prematuro.
Según el investigador sénior, Yuming Guo, de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, las altas temperaturas nocturnas podrían perturbar los ritmos circadianos y afectar la presión arterial, lo que representa un riesgo para las mujeres embarazadas.
El estudio, que siguió 1.2 millones de nacimientos en Sidney, Australia, entre 2000 y 2022, reveló que la exposición al calor extremo durante el tercer trimestre está vinculada con un mayor riesgo de parto prematuro, especialmente en áreas urbanas menos arboladas.
Sin embargo, los investigadores sugieren que la presencia de vegetación, especialmente árboles, podría mitigar los efectos del calor y reducir los riesgos asociados con el parto prematuro. Integrar estrategias de mitigación del calor en la planificación urbana podría ser crucial para mejorar la salud pública en general, concluyeron los expertos.