El té verde se obtiene de la planta Camelia sinensis, la misma utilizada para el té negro. La diferencia es que las hojas, cuando se cosechan, se dejan secar y luego se les aplica un tratamiento térmico que detiene la fermentación u oxidación que provoca, justamente, la descomposición de la hoja.
Como este proceso preserva su composición química, la hoja retiene algunos ingredientes activos de la planta, como los polifenoles, que tienen numerosos beneficios para la salud. Estos son compuestos activos que ayudan a proteger el cuerpo de los radicales libres dañinos, incluidos los rayos ultravioleta, la radiación y algunos patógenos.
Es un estimulador del metabolismo, o sea, aumenta el metabolismo basal, pero no tiene propiedades adelgazantes. Tiene flavonoides, que son antioxidantes muy potentes que previenen la oxidación celular y son nutrientes esenciales que refuerzan los capilares sanguíneos, regulan la circulación, favorecen la absorción de vitamina C y mejoran el colágeno, una proteína fibrosa que sirve como cemento intercelular y genera elasticidad en la piel. Su función principal es prevenir la oxidación y las radiaciones.
Además, el té verde posee cafeína, que actúa como estimulante suave del sistema nervioso inhibiendo un poco el sueño y reduciendo esa sensación de fatiga. Es bueno para contrarrestar la migraña, la somnolencia y la fatiga mental.
Fuentes: LaMovidaPlatense.com, VisionPolitica.info, NoticiasEnsenada.info, CriticaArgentina.com.ar, PrimeraPagina.info