Apuestas deportivas: el lado oscuro del juego legal

¿Por qué cada vez más estadounidenses están cayendo en la ruina por las apuestas deportivas, mientras los gobiernos y las ligas hacen la vista gorda?

19-05-2025 - Por Primera Página

Apuestas deportivas: el lado oscuro del juego legal

 Esa es la pregunta que abre el libro del historiador estadounidense Jonathan D. Cohen, titulado Losing Big. En esta nota te contamos lo esencial de su investigación, por qué su análisis se volvió clave para entender el fenómeno y qué riesgos esconde esta nueva forma de entretenimiento.

Después del fallo de la Corte Suprema de EE.UU. en 2018, que permitió a los estados legalizar las apuestas deportivas, el juego online pasó de estar prohibido en casi todo el país a ser promovido por el propio Estado. Según Cohen, este cambio no fue menor: facilitó el acceso a plataformas de apuestas desde el celular y dejó a millones de personas más expuestas a la adicción.

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Lo más impactante del libro Losing Big es cómo combina datos duros con historias reales. Por ejemplo, cuenta la historia de “Andrew”, un abogado joven de Connecticut que perdió más de 330 mil dólares apostando entre 2018 y 2022. Empezó apostando por diversión, pero terminó atrapado en un círculo de pequeñas victorias seguidas de grandes pérdidas. Según él, no podía dejar de jugar, incluso cuando intentaba parar.

Mientras tanto, las grandes ligas deportivas, que antes se oponían al juego para proteger la integridad de sus competencias, ahora lo promueven activamente. En 2023, la NFL recaudó 132 millones de dólares en patrocinios vinculados a apuestas. El mismo Roger Goodell, comisionado de la liga, pasó de criticar el juego en 2012 a hablar de “compromiso con los fans” en 2021. Una forma elegante de decir que quieren que los espectadores apuesten mientras miran los partidos.

Pero lo más preocupante que señala Cohen es que las plataformas de apuestas, como DraftKings y FanDuel, no frenan los comportamientos adictivos, a pesar de que aseguran tener herramientas para hacerlo. Usuarios que apuestan compulsivamente, que cancelan retiros o juegan a toda hora, siguen siendo aceptados. Las empresas tienen poco incentivo para limitar a quienes más dinero pierden.

A nivel social, el libro revela que casi la mitad de los estadounidenses cree que hay demasiados anuncios de apuestas, y el 60% de los fanáticos del deporte comparte esa opinión. Sin embargo, la publicidad sigue creciendo, muchas veces protagonizada por famosos que minimizan los riesgos del juego.

¿Soluciones? Cohen no pide prohibir las apuestas deportivas, pero sí alerta sobre los límites de tratar la adicción como un simple problema de salud pública. Para él, la industria siempre va a encontrar formas de evitar controles. Además, muchos apostadores ven su problema como algo moral y personal, no como una enfermedad.

 

Losing Big es más que un libro: es una advertencia sobre cómo una práctica antes marginal se volvió masiva sin el debate necesario. Y sobre cómo, detrás de la pantalla del celular, millones de personas están perdiendo mucho más que plata.