El Presidente de la Nación, Alberto Ángel Fernández, aseguró esta mañana que "Juntos por el Cambio frenó una reforma judicial en el Congreso nacional porque la actual composición de la Justicia es útil para sus objetivos políticos" .
El titular del Ejecutivo comparó en esa entrevista con el periodista Roberto Navarro , en El Destape Radio , a la Vicepresidenta CFK con Lula: "el fiscal Diego Luciani no tiene pruebas que incriminen a Cristina Kirchner en la Causa Vialidad y están haciendo una acusación similar a la que hizo el ex juez y ex ministro de Justicia de Bolsonaro, Sergio Moro, en Brasil contra Lula Da Silva " .
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Alberto Ángel afirmó que "la realidad es que Cambiemos no quiere que cambie la Justicia porque les sirve a ellos. Esta Justicia le es útil a Cambiemos. Lo que nosotros decíamos en la reforma judicial que presentamos, es que los jueces que designó Cambiemos no iban a ser removidos, pero les pedíamos que abran el juego para que más jueces puedan recibir causas. Esa reforma se frenó en el Congreso, pero fueron ellos, no nosotros".
El actual usuario del sillón de Rivadavia puntualizó que "hay claras similitudes en el lawfare perpetrado en la Argentina y otros países latinoamericanos. La ley del arrepentido se impuso en Ecuador, Brasil y Argentina entre los años 2013 y 2016. Las lógicas son muy parecidas".
"El que no pudo no saber (el argumento que plantea Luciani por Cristina Kirchner en la obra pública) es muy similar a lo que Moro dice en su fallo cuando plantea que no puede probar de forma contundente de que Lula era el titular del departamento coima de una empresa constructora. En esa causa no había pruebas como un boleto de compra venta, una escritura, ni tampoco habían visto a Lula en el departamento", concluyó desde Olivos y por teléfono Alberto F.
Los magnicidios más importantes de la historia
El asesinato de un presidente, primer ministro o rey puede crear tal conmoción que su recuerdo queda grabado para siempre en la memoria de los ciudadanos. Tras el magnicidio del ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, traemos a colación un listado de diez magnicidios que marcaron la memoria colectiva de los países donde se produjeron.
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John F. Kennedy (Estados Unidos)
En la soleada mañana del 22 de noviembre de 1963, el coche presidencial en el que John Fitzgerald Kennedy y su esposa, Jacky Kennedy, que visitaban la ciudad de Dallas, salía de la plaza Daley por la calle Elm, entre la mole del edificio del depósito de libros escolares del Estado y una pradera de césped, a las 12:30 tres disparos impactaban, en directo, sobre el cuerpo del presidente. A las 13:00 horas, el médico presidencial declaraba la muerte de Kennedy a causa de una herida de bala en el cráneo. ?El informe de la comisión Warren, encargada de la investigación, declaró que el artífice del asesinato había sido Lee H. Oswald, quien a su vez fue asesinado tiempo después de ser arrestado, añadiendo más misterio a este caso que, después de 59 años, sigue abierto.
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Patrice Lumumba (Congo)
La noche del 17 de enero de 1961, después de varios días de torturas el primer ministro de la República Democrática del Congo, Patrice Lumumba, era fusilado por órdenes directas de Washington y Bruselas. Tanto para la gran potencia estadounidense como para Bélgica, la antigua potencia colonial, el Congo era de gran interés económico por ser una zona rica en minas de cobalto, por lo que, declarada independencia del país, las potencias occidentales maniobraron para declarar forzosamente la escisión de Katanga (importante zona minera), la caída del gobierno de Lumumba y el golpe militar de Mobutu. El recién elegido presidente y gran defensor panafricanista pidió ayuda a las Naciones Unidas; sin embargo ésta declaró el problema como un «conflicto interno». Tras la negativa de la ONU de prestar su ayuda, Lumumba pidió socorro a la URSS, lo que fue su sentencia de muerte. Washington utilizó esto de excusa para poder deshacerse de la persona que entorpecía sus intereses económicos. Ahora, el presidente congoleño era visto como «aliado de la URSS» y tenía que ser eliminado. Tras ser ejecutado junto a uno de los ministros de su Gobierno y el presidente del Parlamento, sus restos fueron disueltos en ácido y esparcidos para que no tuviesen un lugar de culto en el país. Años más tarde, el dictador Mobutu, títere del colonialismo, declaró a Lumumba héroe nacional como estrategia para la unidad del país. Patrice Lumumba quiso aflojar los grilletes coloniales y éstos decidieron acabar con su vida.
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Hendrik Verwoerd (Sudáfrica)
Martes, 6 de septiembre de 1966. El primer ministro de la República de Sudáfrica, Hendrik Werwoerd, uno de los promotores de la segregación racial conocida como apartheid, entraba en Parlamento para iniciar una nueva sesión de trabajo. No había acabado de sentarse en su escaño y saludar a sus correligionarios más cercanos cuando se le acercó un ujier parlamentario. En escasos segundos Dimitri Tsafendas apuñaló en cuatro ocasiones al primer ministro en el pulmón y en el corazón. Algunos diputados que ejercían también de médicos corrieron en su ayuda, pero no pudieron hacer nada para salvar su vida. Fue trasladado al hospital Groote Schuur, donde solo pudieron certificar su fallecimiento. ?Como primer ministro activó un diverso panel legislativo segregacionista: separación en distintos territorios de la población blanca frente a los mestizos, a los asiáticos y a los negros, creando en 1959 ocho reservas para la población negra, conocidas como Bantustanes. La aplicación de esta política racial produjo conflictos y derramamientos de sangre continuos, como la masacre de Sharpeville, en marzo de 1960. Su Gobierno también fue responsable de la ilegalización del Congreso Nacional Africano y de la sentencia de cadena perpetua a Nelson Mandela, en marzo de 1964.
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Park Chung-hee (Corea del Sur)
El 26 de octubre de 1979, Park Chung-hee fue asesinado por Kim Jae-gyu, director de la Agencia Central de Inteligencia Coreana (KCIA por sus siglas en inglés), en el transcurso de una cena privada en instalaciones del Gobierno.? Era dictador del país surcoreano desde 1961 y un militar que perseguía la oposición interna de forma férrea. Fruto de esta mano de hierro comenzaron a levantarse revueltas dentro del país. El presidente pudo acusar a su jefe de seguridad y director de la KCIA de poca eficiencia. Este era el contexto con el que se convocó la cena para poder resolver la situación y que acabó con la muerte del presidente. En la acción participaron otros agentes de la KCIA y hubo un tiroteo que se saldó con cinco víctimas más, entre ellas el guardaespaldas presidencial. De inmediato se estableció la ley marcial y los responsables fueron arrestados. Jae-gyu declaró en el juicio que había matado a Chung-hee por «un acto de patriotismo», aunque otras fuentes aluden a temores de pérdida de poder. Todos los implicados en el magnicidio fueron condenados a muerte y ejecutados el 24 de mayo de 1980.
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Benazir Bhutto (Pakistán)
El 27 de diciembre de 2007, la primera mujer en gobernar en Pakistán era asesinada. Benazir Bhutto acababa de terminar un mitin político en la ciudad de Rawalpindi durante su campaña para asumir nuevamente la presidencia cuando un adolescente llamado Bilal se acercó a su convoy, disparó a la primera ministra pakistaní por órdenes del Talibán pakistaní y acto seguido se inmolaba. Recibió balazos en el cuello y en la cabeza, el joven de 15 años, tras cumplir con su misión, detonó una bomba matando a 30 personas más. Fue declarada muerta de camino al Hospital General de Rawalpindi. Dos meses antes, poco después de su retorno del exilio, había sobrevivido a un atentado similar que acabó con la vida de al menos 136 personas. A diferencia de los otros casos mencionados en esta lista, este fue un crimen que nunca tuvo responsables. El tribunal de su país absolvió a cinco talibanes acusados de conspirar para matarla, declarándolos inocentes «por el beneficio de la duda».
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El archiduque Francisco Fernando de Austria (Imperio austrohúngaro)
El 28 de junio de 1914 el nacionalista serbobosnio Gavrilo Princip disparó mortalmente al archiduque Francisco Fernando, heredero de la corona del Imperio austrohúngaro, y a su esposa, la condesa Sofía Chotek, en Sarajevo. El atentado fue el pretexto usado por Austria-Hungría para comenzar las hostilidades de la Gran Guerra. Primero se le atacó con granadas, que rebotaron contra su vehículo y causaron bajas en el público reunido alrededor. Este error en el plan de «La Mano Negra» no supuso ningún contratiempo y esta vez con una pistola, interrumpieron su camino con un vehículo y dispararon contra él y su esposa. Los balazos le dieron en la yugular, lo que provocó una muerte dolorosa. Gravemente heridos, llevaron a la pareja para que les atendiera un médico en la residencia del gobernador. Según el relato del conde Harrach, las últimas palabras de Francisco Fernando fueron «¡Sofía!, ¡Sofía! No te mueras... vive para nuestros hijos». Sus palabras fueron seguidas por un largo estertor. Sofía murió antes de llegar a la residencia del gobernador mientras que Francisco Fernando murió diez minutos después.
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Anwar al Sadat (Egipto)
El 6 de octubre de 1981, el presidente egipcio, Anwar Sadat, era asesinado en El Cairo durante un desfile militar celebrado con motivo del aniversario de la guerra de 1973 entre Egipto e Israel. En 1979, Sadat firmó un tratado de paz con Israel que le valió el Premio Nobel de la Paz, así como el enfado de muchos árabes que lo acusaron de traicionar su causa. El día del atentado, el presidente egipcio se encontraba en un pabellón, vestido en un uniforme militar azul y sentado junto a su vicepresidente, Honsi Mubarak, y otros altos oficiales militares y diplomáticos extranjeros cuando, mientras que los espectadores del desfile estaban distraídos con el espectáculo de aviones que sobrevolaban el cielo lanzando humo de colores, los asesinos arremetieron contra él. Cuatro soldados salieron de un camión, lanzando granadas y avanzando hacia el pabellón disparando con pistolas automáticas. Docenas de personas fueron heridas y muertas. En cuestión de horas, el hombre que llevó a Egipto a la guerra y después a la paz con Israel, murió. El Zomor, un oficial de inteligencia que se convirtió en un traidor, fue enjuiciado por su papel en el asesinato.
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Salvador Allende (Chile)
El 11 de septiembre de 1973 fue una fecha importante para Chile. Aquel día el presidente Salvador Allende muere en el golpe de Estado organizado por el general Augusto Pinochet, que toma el Palacio de la Moneda. Horas antes del atentado, Allende dijo que tendrían que acribillarlo para que su mandato terminase. La autopsia determinó lo siguiente: «La causa de la muerte es la herida a bala cérvico-buco-cráneo-encefálica reciente, con salida de proyectil… El disparo corresponde a los llamados 'de corta distancia' en medicina legal… El disparo ha podido ser realizado por la propia persona». Camilo Taufic, escritor e investigador, popularizó una teoría que ha ido tomando fuerza en los últimos años. Basándose en las heridas del presidente y de testimonios de allegados a él, Taufic plantea que Allende intentó suicidarse con un disparo en el ojo, pero que este solo le dejó herido. Por lo que un guardia, identificado como Enrique Huerta, le disparó en el cráneo con un fusil al encontrarlo así, cumpliendo con los deseos del mandatario de no morir en manos de sus enemigos políticos. La controversia llevó a que se abriera un proceso judicial para analizar realmente el hecho y se llegó a exhumar el cuerpo. Más tarde, se determinó, después de un nuevo proceso, que Allende se mató con un fusil que le regaló Fidel Castro. Esto no ayudó a que los chilenos dejaran de desconfiar en esta teoría y se dividiera aún más a la opinión pública.
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Indira Gandhi (India)
En la mañana del 31 de octubre de 1984, la primera ministra de la India, Indira Gandhi, se disponía a salir de su casa para ser entrevistada por el actor británico Peter Ustinov, quien estaba rodando un documental para la televisión irlandesa. Pero apenas pudo dar dos pasos cuando tres de sus guardaespaldas la acribillaron con una pistola y un fusil recortado. Fueron 30 las balas que impactaron en su cuerpo. Dos de los guardias arrojaron las armas al suelo y el que se identificaba como Beant dijo: «He hecho lo que tenía que hacer. Tú haz lo que quieras». En los siguientes minutos, los oficiales de la Policía de Fronteras Tarsem Singh Jamwal y Ram Saran capturaron y mataron a Beant, mientras que Satwant fue arrestado gravemente herido por los otros guardaespaldas, junto al tercer cómplice que intentaba escapar. Cinco años después del magnicidio Satwant fue ahorcado junto al cómplice Kehar. Beant era uno de los guardias de mayor confianza de Gandhi, a quien conocía desde hacía diez años, Satwant tenía 22 años en el momento del asesinato y había sido asignado guardia de la primera ministra tan solo cinco meses de su asesinato. La prensa tardó más de diez horas en informar de lo ocurrido.
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Luis Carrero Blanco (España)
El 20 de diciembre de 1973 la banda terrorista ETA detonó tres cargas explosivas cuando el coche oficial del presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco, salía de la iglesia de San Francisco de Borja y pasaba a la altura del número 104 de la calle Claudio Coello. El presidente falleció en el acto. Había sido elegido por Franco para dar continuidad a la Dictadura. Pronto se convirtió en objetivo claro de ETA, pero hizo caso omiso de las advertencias y se negó a aumentar sus medidas de seguridad y a variar sus itinerarios. El atentado fue conocido como 'Operación ogro', en la que los etarras excavaron un túnel en la calle madrileña, hasta el centro de la calzada, donde colocaron 100 kilos de goma-2. El vehículo de Carrero Blanco «se elevó por los aires, alcanzando una gran altura que sobrepasó la de los cinco pisos y la planta baja de un edifico cercano». El asesinato provocó un gran impacto en la sociedad española de la época, ya que suponía el mayor ataque contra el régimen franquista desde el final de la guerra civil española, en 1939. Las autoridades iniciaron una investigación para aclarar los hechos, pero el caso quedó archivado al comenzar la Transición y nunca se esclarecieron del todo las circunstancias. Los autores del atentado tampoco llegaron a ser juzgados por estos hechos y, tras la muerte de Franco, se beneficiarían totalmente de la amnistía concedida en 1977.
Fuentes : LaMovidaPlatense.com , PrimeraPagina.info , NoticiasEnsenada.info , CriticaArgentina.com.ar , VisionPolitica.info eldebate.com y eldestapeweb.com