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Una serie de revelaciones dejaron expuestos los vínculos entre los abogados que defienden a Nicolás Gabriel Carrizo, el último de los cuatro detenidos en el marco de la causa en la que se investiga el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Kirchner, con personalidades de la política y de los servicios de inteligencia.
Las conexiones fueron expuestas por los periodistas Iván Schargrodsky y Carlos Pagni. El letrado Gastón Marano, quien asumió la defensa de Carrizo, es un abogado graduado con Diploma de Honor en la Universidad de Buenos Aires. Además, tiene posgrados en la Universidad Di Tella y en Harvard.
Marano fue supervisor de la Oficina de Ciudadanía en la Embajada de Estados Unidos en Argentina y era asesor del senador de Juntos por el Cambio por Chubut Ignacio Torres, quien integra la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia.
Carrizo tiene otros dos abogados, que fueron designados a partir de una autorización. Se trata de Brenda Salva, una ex periodista de Crónica TV, LN+ y A24, según indica en su bio de Twitter, que forma parte del bufete de abogados de Marano y además es asesora de la diputada del PRO por San Luis Karina Bachey.
El otro es Fernando Sicilia, quien defendió a Leandro Araque y Facundo Melo, dos ex integrantes de los Super Mario Bros, la banda que hizo espionaje ilegal sobre empresarios y dirigentes políticos, tanto oficialistas como opositores, y que reportaban Silvia Majdalani en la Agencia Federal de Inteligencia durante el gobierno de Mauricio Macri.
Estas conexiones de los defensores de Carrizo abren algunos interrogantes: ¿Quién está pagando estos abogados tan onerosos? ¿A quién busca proteger Marano? ¿Hay otra spersonas vinculadas a Carrizo que buscan no quedar 'pegadas'?