La tensión en la seguridad de Rosario alcanzó su punto máximo cuando Patricia Bullrich, desde la esfera nacional, exigió la salida del ministro de Seguridad provincial, Pablo Cococcioni. Según fuentes oficiales, Bullrich trasladó su disconformidad con el manejo del ministro y lo considera un obstáculo para la coordinación entre la policía local y las fuerzas federales en la ciudad santafesina.
Los problemas comenzaron tras una serie de violentos incidentes en la región, incluyendo una ola de asesinatos mafiosos que sembraron el pánico en la población. En este contexto, Bullrich cuestionó fuertemente una foto publicada por Cococcioni en sus redes sociales, donde se lo veía junto a presos de alto perfil en una cárcel, considerando que esa imagen no era adecuada en momentos de crisis.
La situación se agravó aún más cuando, el lunes por la noche, cuatro colectivos fueron atacados a balazos, lo que llevó a la suspensión inmediata del servicio de transporte público en la ciudad. Además, se hallaron casquillos de balas en la puerta de una escuela y se disparó contra un supermercado chino, dejando un inquietante cartel de amenaza.
Ante esta escalada de violencia, Bullrich instó a Pullaro, titular de Seguridad de la provincia, a tomar medidas drásticas y remover a Cococcioni de su cargo. Sin embargo, desde el entorno de Pullaro negaron que haya existido tal solicitud por parte de Bullrich, afirmando que la decisión sobre los ministros provinciales recae exclusivamente en el gobernador.
En medio de este clima de tensión, el ministro Cococcioni ha generado más polémica con declaraciones que no cayeron bien en la esfera nacional, particularmente cuando dijo que los choferes de colectivos solo saldrían a trabajar cuando se sientan seguros. Esta afirmación fue interpretada como una muestra de falta de compromiso y responsabilidad por parte del funcionario provincial.
La situación en Rosario es alarmante, sumergiendo a la ciudad en un estado de desánimo y miedo. Si bien las estadísticas muestran una disminución en la cantidad de homicidios en comparación con el año anterior, la violencia indiscriminada y las amenazas representan un desafío directo para las autoridades locales y nacionales.
En este contexto, las fuerzas federales han intensificado sus esfuerzos para detener a los responsables de la ola de crímenes y asegurar la tranquilidad de los ciudadanos. Sin embargo, las dificultades persisten, con problemas para conseguir más patrulleros y una sensación generalizada de inseguridad entre la población.
La exigencia de Bullrich para remover a Cococcioni refleja la gravedad de la situación en Rosario y la necesidad de tomar medidas urgentes para restaurar el orden y la seguridad en la ciudad. Sin embargo, la respuesta de las autoridades provinciales y el manejo futuro de la crisis aún están por determinarse.
Fuente: lapoliticaonline.com