El Gobierno nacional se encuentra en una encrucijada respecto al destino de miles de trabajadores estatales que, pese a los anuncios de despidos y cierres de organismos, continúan asistiendo a sus lugares de trabajo sin tener funciones asignadas.

El jefe de gabinete, Nicolás Posse, es el encargado de definir el cierre de organismos y el destino de los empleados estatales, pero la situación se ha vuelto confusa.

La renuncia del secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Armando Guibert, añadió más incertidumbre al panorama.

La falta de claridad llevó a que los funcionarios desmintieran al propio presidente respecto a la cantidad de despidos anunciados. A pesar de ello, miles de empleados siguen yendo a sus oficinas sin tener tareas asignadas.

Un ejemplo de esta situación es el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), que aunque se anunció su eliminación, los empleados continúan yendo a trabajar sin cumplir funciones.

Lo mismo sucede en la TV Pública, donde el personal debe presentarse durante ocho horas sin tener programación.

En el caso de Télam, si bien fue cerrado de manera provisoria, el Gobierno no logró convencer a los trabajadores para que aceptaran los retiros voluntarios. Solo un pequeño porcentaje aceptó la propuesta, lo que lleva a que el Gobierno continúe pagando los sueldos.

Desde la Casa Rosada admiten la falta de definiciones sobre qué hacer con los trabajadores, mientras que en los gremios creen que la razón radica en la falta de fondos para afrontar las indemnizaciones correspondientes.

La situación de los trabajadores estatales se encuentra en un limbo, con la incertidumbre sobre su futuro laboral como telón de fondo en medio de la confusión gubernamental.