La historia de Cristóbal Colón, ese genovés de 42 años con un sueño audaz, es una de las narrativas más intrigantes y sorprendentes de la exploración mundial. Vivía en una modesta casa alquilada en el callejón del Olivo Pequeño, en Cogoletto, Génova, y soportó mofas y burlas cuando anunció su ambición de ser marino. Pero, con determinación, persistencia y un profundo sentido de exploración, Colón se convirtió en un personaje fundamental en la historia mundial.
Su viaje más famoso comenzó en la madrugada del viernes 12 de octubre de 1492. Colón, convencido de que había llegado a las Indias, aterrizó en una isla que hoy se cree que era Watling, en las Bahamas. Sus interacciones con los nativos, a quienes describió como "todos desnudos como su madre los parió", revelaron el asombroso choque cultural que marcó el inicio de la colonización europea en el Nuevo Mundo.
Cristóbal Colón continuó explorando y realizó otros tres viajes, pero al final de su vida, estaba enfermo y lleno de desafíos. Murió en Valladolid, España, el 20 de mayo de 1506, rodeado de sus hijos y amigos cercanos. Su legado persiste a través de su valiente búsqueda de nuevos horizontes y su papel en el descubrimiento de América.
Aunque Colón nunca pudo disfrutar de la riqueza y el reconocimiento que esperaba, su visión y determinación cambiaron el curso de la historia. Sus viajes marcaron el inicio de la exploración y colonización europea en el continente americano, un acontecimiento que transformaría al mundo en los siglos venideros. A pesar de los debates y las controversias que rodean su legado, Cristóbal Colón sigue siendo un símbolo duradero de la búsqueda incesante del conocimiento y la aventura que vive en la conciencia de la humanidad.
Fuente: infobae.com