A pesar de que se han descubierto aproximadamente más de 5.000 planetas fuera de nuestro Sistema Solar, la mayoría de estos no son muy semejantes a la Tierra. Generalmente son considerablemente más grandes, y tienden a ser más parecidos en sus características a los gaseosos Saturno y Júpiter.
Estos últimos tienen la particularidad de ser rocosos y pocos se encuentran en la zona habitable donde podría existir agua líquida en su superficie. Es por ello que genera cierta conmoción cuando se descubre un planeta comparable a la Tierra en su zona habitable, como lo es uno de los recientemente visibles.
Los investigadores observaron un planeta denominado LP 890-9b o TOI-4306b, previamente descubierto por el Satélite de Encuesta de Exoplanetas en Tránsito de la NASA. Para su análisis, utilizaron el telescopio terrestre llamado Speculoos (Search for Habitable Planets Eclipsing Ultra-Cool Stars); estudiaron el astro, que es alrededor de un 30% más grande que la Tierra y orbita cerca de su estrella, con un año que dura solo 2,7 días, según manifestaron los especialistas.
Mientras los investigadores observaban este planeta, también descubrieron otro satélite en el mismo sistema. Este segundo se llama LP 890-9c o Speculoos-2c, y es alrededor de un 40% más grande que la Tierra. Este orbita más lejos de la estrella con un período orbital de 8,5 días. Debido a que la estrella es mucho más pequeña y fría que nuestro Sol, esto coloca a este segundo descubrimiento dentro de un margen de zona habitable.
Robert Wells, uno de los investigadores de la Universidad de Berna (Suiza), manifestó que “este segundo planeta recibe aproximadamente la misma cantidad de radiación estelar que nuestra Tierra recibe del Sol y, por lo tanto, podría tener agua líquida en su superficie”.
No obstante, Wells advierte que no se debe asumir que el planeta sería cómodo para la vida basándose únicamente en su posición. Por ejemplo, en nuestro Sistema Solar, Venus está cerca de estar en la zona habitable, pero tiene temperaturas y presión extremadamente altas en su superficie, lo que lo hace inhóspito para la vida.
“Para poder responder si este planeta puede contener agua superficial líquida o no, necesitamos aprender más al respecto”, dijo Wells. Y agregó: “Esto requiere observaciones detalladas, por ejemplo, con el Telescopio Espacial James Webb”.
Para obtener más información sobre el planeta recientemente descubierto para observar su atmósfera y ver si realmente es potencialmente habitable, los investigadores quieren estudiarlo utilizando puntualmente el dispositivo de la NASA, para poder así brindar más precisiones.