Ya es de público conocimiento el episodio en el cual choferes de la línea 620 de La Matanza golpearon a puñetazos al ministro Sergio Berni, quien iba a dar la cara por el trágico crimen del chofer Daniel Barrientos, quien murió por disparos de armas de fuego de grueso calibre en lo que constituyó un nuevo caso de inseguridad en el conurbano.
Berni bajó de su helicóptero en la Avenida General Paz y Ruta 3 para ir a dar explicaciones y solidarizarse, pero lejos de ese escenario, el ministro se encontró con trompadas que imaginaba que no iba a recibir porque todos los canales de TV estaban transmitiendo en directo.
El funcionario dijo que recibió fractura de cráneo, hueso malar y otras lesiones; y no calificó la agresión. Una verdadera “noticia del día“ sobre la cual sí varios dirigentes, políticos y usuarios en general se expidieron.
En general, los dirigentes políticos, incluso de sectores de la oposición –por ejemplo legisladores de la UCR- condenaron en redes sociales todo acto de violencia, aunque algunos partidos de izquierda evitaron todo tipo de solidaridad con Berni.
Por lo pronto, la situación le explotó a Axel Kicillof, que tuvo que improvisar de urgencia una reunión cumbre con el sindicato de los Choferes, la UTA, a la que sumó Berni, obviamente después de atenderse en el hospital Churruca.