Dormir en camas separadas: cada día más parejas se suman a esta moda ¿Es mejor o peor para el sexo y el amor?

25-08-2022 - Por Primera Página

Se estima que una de cuatro parejas duerme en camas separadas, y una de cada diez lo hace en habitaciones distintas. Las principales razones se deben generalmente a los ruidos emitidos por alguno de ellos, a los ronquidos, movimientos corporales o necesidades de temperaturas ambientales diferentes. Pero ¿pone esta nueva tendencia en riesgo el amor? ¿Puede disminuir la atracción y el interés sexual hacia el otro?

El psicólogo Jorge Armando Bogarín (M.N. 54.625) explicó que cuando dos personas deciden convivir, traen consigo sus propias rutinas y costumbres.

 

Hábitos, costumbres y acuerdos

No se da igual la adaptación de una persona que siempre ha dormido sola y de otra que compartía la habitación con alguien; de una que dormía con las luces encendidas y de otra que precisa completa oscuridad; de una que duerme con ventilación porque no tolera el calor y de otra friolenta que prefiere la calefacción encendida; de una que logra conciliar el sueño escuchando música y de otra que se despierta ante el mínimo ruido. Las diferencias son muchas, pero suelen sortearse sin complicaciones al inicio de la convivencia”, señaló el especialista.

Para él, siempre lo fundamental en la pareja es el acuerdo. Ambas personas tienen derecho a un sueño reparador y deben coordinar cómo resolver todo aquello que atente contra el sueño saludable de cada uno para que no afecte el amor.

No habría inconvenientes cuando coinciden en sus hábitos para dormir, pero las diferencias pueden afectar la salud física y mental de la persona que no logre un sueño saludable, aumentando las probabilidades de padecer cambios en el humor, desconcentración, distrés, además de enfermedades como la diabetes, las cardiovasculares y cáncer, entre otras

 

¿Gesto de amor o rechazo?

Según Bogarín, una opción posible y en continuo auge es dormir en cuartos separados. “Sin embargo, la interpretación que cada miembro de la pareja haga sobre esta decisión resulta crucial, ya que puede ser entendida como un acto de amor (el otro me cuida) o como una conducta de rechazo (el otro no me quiere más). Es decir, no es lo mismo dormir separados para no contagiar al otro con una gripe que hacerlo para evidenciar enojos, reproches o distanciamiento. El amor se demuestra, también, cuidando que la pareja descanse saludablemente”, explicó.

El psicólogo y psicoanalista Daniel Fernández (M.N. 41.671) coincidió con su colega en que, en cuestiones de pareja, no existe una regla fija e inamovible que determine el buen funcionamiento.“Cada pareja pondrá sus propias reglas, dependiendo de los intereses de los miembros de esa relación. Si lo que ambos quieren coincide y los satisface, poco importa lo que crean los de afuera. Por lo tanto, es factible encontrar parejas que deciden dormir en camas separadas y puede que esto no implique una falta de amor. Al fin y al cabo, si es lo que ambos quieren, desde luego está bien”, fundamentó.

Sin embargo, en su opinión, algo a tener en cuenta y a evaluar es si en verdad ambos miembros de la pareja están de acuerdo con eso o si, por el contrario, solo es lo que quiere uno y el otro lo termina aceptando por resignación.

En ese caso, que uno de los dos pretenda imponer al otro la regla de las camas separadas, generará malestar. Y una vez instalado el malestar como un pequeño monstruo, poco a poco comenzará a crecer y puede que termine devorando a la relación romántica

Por otra parte, también es interesante analizar que todos estamos atravesados por la cultura: “En nuestra cultura, la idea de compartir el lecho forma parte de la vida en pareja. Así ha sido por largo tiempo y todavía aun hoy continúa siendo lo más habitual. Por lo tanto, ante el cambio de una pareja en relación a esta ´norma´ no explícita, es conveniente preguntarse si en efecto será beneficioso o si es la antesala de un distanciamiento gradual entre los miembros de esa relación”, sostuvo.

De hecho, muchas de las veces en que alguien descubre que está enamorado de otro, lo hace al advertir que no solo tiene deseo sexual por la otra persona, sino que además tiene deseos de dormir junto a ella. Y que esto cambie, por ende, es un indicador para estar alertas”, añadió.

Por cierto, en el extracto de una de sus novelas, Ernest Hemingway decía: “Ahora por las noches, cuando ella lo tocaba, él se apartaba un poco. Era una señal muy pequeña, pero toda la vida está hecha de pequeñas señales. Ella se daba cuenta de que ya no lo podría retener”.

En efecto, como lo expresa esta cita, un alejamiento dentro de la cama o, más aún, un alejamiento de la cama que se compartía con el otro es una señal que debe ser tenida en cuenta de que podrían estar perdiendo el amor necesario que implica una relación romántica. Si ya no disfrutan del dormir juntos, puede que todo siga bien igual, pero también puede que empiecen a percibirse apenas como compañeros de vivienda entre los que ya no queda un amor robusto, sino apenas un cariño fraterno.

 

Sueño saludable: entre el amor y la salud

El sueño es importante para todos y dormir mal también puede repercutir en nuestras relaciones diarias, incluyendo las de pareja. Entonces, ¿cuál es el límite entre dormir plácidamente solo/a y no herir las emociones de la pareja?

Para Bogarín, cada persona debería evaluar las condiciones en las que duerme, considerando diversos factores de su entorno ambiental y también de sus hábitos: iluminación, temperatura, ruidos, clima, horarios de sueño, ingesta de sustancias psicoactivas, nivel de actividad física, preocupaciones, entre otros. Estos factores son decisivos para conciliar y mantener el sueño, así como para alcanzar un descanso reparador.

Cuando uno no logra adaptar sus hábitos de sueño y puede reconocer que la pareja no descansa adecuadamente, aceptar dormir en cuartos separados puede ser una forma de cuidado, de respeto, de protección de la salud de ambos. Las dos personas se predispondrán distinto si tienen un sueño reparador, si recuperan diariamente sus energías. Incluso, contrario a lo que popularmente se cree, podrían reencontrarse con la pasión y la complicidad que compartían al inicio de la relación”, sostuvo.

Por último, recordó que el imaginario social con respecto a cómo vivir en pareja se encuentra en constante transformación. “No sólo hablamos de parejas abiertas o con cama afuera, sino también de parejas que viven bajo el mismo techo, pero en cuartos separados, respetando sus individualidades y promoviendo, a través de numerosos gestos, la salud física y mental de ambos. De hecho, algunos piensan que en este tipo de iniciativas se encuentra el secreto para que las parejas duren más”, concluyó.

Fuentes: LaMovidaPlatense.comVisionPolitica.infoNoticiasEnsenada.infoCriticaArgentina,com.ar