Los hombres con cáncer de próstata de bajo riesgo que eligen la “espera vigilante” como estrategia, en lugar de someterse a tratamientos agresivos, podrían encontrar un aliado en los suplementos de aceite de pescado. Según un estudio liderado por el Dr. William Aronson, profesor de urología en UCLA, ajustar la dieta para aumentar la ingesta de omega-3 y reducir las grasas omega-6 podría ralentizar el crecimiento del cáncer.

La investigación, publicada en Journal of Clinical Oncology , señala que los pacientes que siguieron estas recomendaciones mostraron una disminución del 15% en el índice Ki-67, un marcador clave para medir la proliferación celular del tumor. En contraste, quienes mantuvieron su dieta habitual experimentaron un aumento del 24% en este indicador.

Aunque talentosos, estos resultados no impactaron en el grado de Gleason, otra métrica para evaluar la progresión del cáncer. Esto sugiere que los omega-3 pueden ofrecer un beneficio parcial, pero no definitivo, para frenar la enfermedad.

Este hallazgo abre la puerta a un enfoque complementario en el manejo del cáncer de próstata, basado en cambios en el estilo de vida. Sin embargo, también subraya la importancia de la investigación continua antes de considerar estos ajustes dietéticos como una alternativa terapéutica. ¿Podría ser la dieta una herramienta subestimada en la oncología? Los próximos estudios tendrán la última palabra.