Las enfermedades virales felinas, como el VIF, VILEF y PIF, son una amenaza silenciosa que afecta exclusivamente a los gatos. Aunque no representan riesgos para humanos ni perros, su impacto en la salud felina puede ser devastador si no se toman medidas adecuadas.

El VIF, conocido como inmunodeficiencia felina, es una enfermedad crónica que puede manejarse con el cuidado adecuado. Por otro lado, el VILEF (leucemia felina) es el "gran cuco" de las patologías virales, altamente prevalente en América Latina debido a la falta de prevención, como la vacunación. El PIF, asociado a un coronavirus distinto al COVID-19, es otra enfermedad seria que, gracias a avances médicos recientes, ya no es una sentencia de muerte para los gatos.

El contacto entre felinos infectados, especialmente en entornos no controlados como la calle, es la principal vía de transmisión. Por ello, es fundamental vacunar y realizar pruebas diagnósticas a cualquier gato adoptado antes de integrarlo en un hogar con otros felinos. Esta "prolijidad", como destacó el veterinario Alexis Jaliquias, puede ser la diferencia entre proteger o poner en peligro a nuestras mascotas.

La vacunación sigue siendo el método más efectivo para prevenir enfermedades como el VILEF. Además, mantener a los gatos en interiores reduce drásticamente el riesgo de contagio. Los chequeos regulares, incluso en animales aparentemente sanos, son esenciales para detectar infecciones a tiempo y garantizar una mejor calidad de vida.