Hernán Morelli: Del sacerdocio al trabajo comunitario en el Bajo Flores

30-11--1 - Por Primera Página

En una tarde cualquiera del Bajo Flores, entre mates compartidos y el sonido de los partidos de fútbol que llega desde la vereda de enfrente, se teje la historia de Hernán Morelli. Un hombre que, sin perder sus raíces en el barrio, ha transitado caminos tan variados como intensos.

Con 41 años a cuestas, Hernán es un vecino conocido y querido en el Barrio 1.11.14. Su historia se entrelaza con la de la comunidad, con sus luchas y con sus logros. Desde su adolescencia, ha sido parte activa de este entramado barrial.

Criado en una familia trabajadora de Mataderos, Hernán encontró en la comunidad de su parroquia un refugio y un espacio de crecimiento. Sus años de juventud coincidieron con una época de efervescencia social y religiosa, marcada por la participación y el compromiso con los más necesitados.

Era docente en la villa, se enamoró del cura del barrio y hoy tienen 3  hijos y una familia gigante: una historia de amor y mucho trabajo social

Su viaje a Europa en el año 2000, durante las Jornadas Juveniles convocadas por la Iglesia, fue un punto de inflexión en su vida. La experiencia en Asís, donde se conectó con la figura de San Francisco y su dedicación a los más pobres, lo llevó a replantear su camino. A su regreso a Argentina, ingresó al seminario con el firme propósito de convertirse en cura.

Los años en el seminario fueron una etapa de reflexión y formación intensas. Sin embargo, una intuición profunda lo llevó a abandonar ese camino y a buscar otras formas de servicio a la comunidad. Su paso por la meseta rionegrina y su experiencia en cooperativas locales dejaron huellas imborrables en su visión del mundo.

Fue así como Hernán retornó a Buenos Aires y se sumergió de lleno en la vida del Barrio 1.11.14. Su labor como cura en la parroquia Santa María, Madre del Pueblo, lo acercó aún más a la realidad de los sectores más vulnerables. Allí, junto a otros compañeros de trabajo, contribuyó al crecimiento y desarrollo de la comunidad.

 
 
 
 
 
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El año 2013 marcó un nuevo giro en la vida de Hernán. Su encuentro con Nadin, quien luego se convertiría en su compañera de vida, lo llevó a replantearse nuevamente su futuro. El amor que surgió entre ambos fue el motor que lo impulsó a dejar el sacerdocio y a apostar por una vida en pareja y en familia.

Desde entonces, Hernán se ha dedicado al trabajo comunitario y al desarrollo de proyectos que benefician a los habitantes del barrio. Su participación en cooperativas de construcción y en la creación de una mutual demuestran su compromiso con la generación de empleo y el bienestar de la comunidad.

Actualmente, Hernán es uno de los referentes de varias iniciativas que tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de los vecinos del Bajo Flores. Su historia es un ejemplo de perseverancia, solidaridad y dedicación al prójimo, valores que continúa transmitiendo día a día en su labor cotidiana.

Fuente: infobae.com