En la mesa chica del gobernador bonaerense Axel Kicillof, se encendió una señal de alerta ante la amenaza de ruptura en el bloque del Frente Renovador en la legislatura provincial.

Un grupo de dirigentes massistas solicitó una reunión urgente de la mesa de conducción del partido y plantea la posibilidad de abandonar el bloque oficialista en la legislatura y los concejos deliberantes, para funcionar como interbloque.

En el encuentro, al menos 20 intendentes y 13 legisladores expresarían su intención de abandonar el bloque oficialista, lo que podría significar la pérdida de mayoría en ambas cámaras legislativas y en los concejos de muchos intendentes.

Esta iniciativa surge como respuesta a la decisión de Kicillof de fortalecer un armado político paralelo en distritos históricamente ligados al Frente Renovador (como San Fernando) liderado por el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, quien expresó su apoyo a una candidatura presidencial de Axel K.

El propio Ferraresi fue uno de los primeros dirigentes peronistas en tomar distancia de La Cámpora y expresar su respaldo a Kicillof. Estos movimientos internos podrían replicarse en el corto plazo si el Frente Renovador decide avanzar con la ruptura.

Por otro lado, Máximo Kirchner reconoció esta semana diferencias con Kicillof, aunque destacó que la conductora del peronismo sigue siendo Cristina Kirchner. En cuanto a la discusión interna del peronismo, señaló que es lógica después de una derrota electoral.

En este contexto, Kicillof busca ganar centralidad como líder opositor y ha definido una nueva estrategia de comunicación, con conferencias de prensa semanales encabezadas por el ministro Carlos Bianco, para hacer anuncios y repasar la gestión.