La generación "boomerang": millones de jóvenes argentinos no pueden independizarse

La crisis económica y la falta de políticas públicas adecuadas dificultan el acceso a la vivienda y empujan a los jóvenes a vivir con sus padres.

25-08-2024 - Por Primera Página

En Argentina, un número creciente de jóvenes de entre 25 y 35 años se ve obligado a postergar su independencia y seguir viviendo con sus padres o familiares. Según un reciente informe de la Fundación Tejido Urbano, alrededor de 2,3 millones de jóvenes argentinos se encuentran en esta situación, lo que representa un 37% del total de la población en ese rango etario.

Esta problemática, que se ha acentuado en las últimas décadas, tiene múltiples causas. Entre ellas, se destacan las sucesivas crisis económicas que han afectado al país, la inflación, la pérdida de poder adquisitivo y la falta de políticas públicas adecuadas para promover el acceso a la vivienda.

Sueño frustrado: hay 2,4 millones de adultos que no se pueden independizar  en la Argentina | TN


¿Por qué los jóvenes argentinos no pueden independizarse?


  • Ingresos insuficientes: Los bajos salarios y la precariedad laboral dificultan el ahorro para un primer pago o para afrontar los gastos mensuales de un alquiler.
  • Altos costos de la vivienda: Los precios de los alquileres y de las propiedades han aumentado significativamente en los últimos años, superando la capacidad adquisitiva de muchos jóvenes.
  • Falta de oferta de vivienda accesible: La escasez de viviendas sociales y el bajo desarrollo del mercado de alquileres dificultan encontrar opciones adecuadas para los jóvenes.
  • Crisis económicas: Las recurrentes crisis económicas generan incertidumbre y desalientan a los jóvenes a tomar decisiones a largo plazo, como comprar una vivienda.

Las consecuencias de esta situación


La imposibilidad de independizarse tiene consecuencias negativas tanto para los jóvenes como para la sociedad en su conjunto:

  • Retraso en la formación de hogares: La postergación de la independencia retrasa la formación de nuevas familias y afecta la tasa de natalidad.
  • Dependencia económica: Los jóvenes que viven con sus padres suelen tener menos autonomía económica y dependen de sus familiares para cubrir sus gastos.
  • Frustración y desmotivación: La imposibilidad de alcanzar metas como tener una vivienda propia puede generar frustración y desmotivación en los jóvenes.
  • Impacto en el mercado inmobiliario: La falta de demanda por parte de los jóvenes afecta al mercado inmobiliario y frena la construcción de nuevas viviendas.

Cuatro de cada diez jóvenes no pueden independizarse y viven con sus padres  o abuelos


¿Qué se puede hacer para revertir esta situación?


Para solucionar este problema, es necesario implementar políticas públicas que promuevan el acceso a la vivienda para los jóvenes, como:

  • Aumentar la oferta de viviendas sociales: Construir más viviendas destinadas a jóvenes con bajos ingresos.
  • Regular el mercado de alquileres: Establecer mecanismos que garanticen precios justos y condiciones equitativas para los inquilinos.
  • Promover el ahorro para la vivienda: Implementar programas que incentiven el ahorro a largo plazo para la compra de una vivienda.
  • Facilitar el acceso a créditos hipotecarios: Ofrecer créditos hipotecarios con tasas bajas y plazos extendidos para jóvenes.

 

La falta de independencia de los jóvenes es un problema complejo que requiere de soluciones a largo plazo. Es fundamental que el Estado y la sociedad civil trabajen en conjunto para garantizar que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de construir un futuro propio.