El entrenamiento en serio para una carrera es entre 12 y 16 semanas. Es decir que alrededor de tres o cuatro meses es el tiempo que nos lleva preparar a conciencia una carrera. Estando correctamente entrenados tres meses suelen alcanzar.
¿Acaso los corredores participamos solo de cuatro competencias al año? Algunos sí, claro, pero la mayoría solemos superar las seis o siete. Y no siempre caen en el calendario como nos gustaría. A veces los motivos para elegirlas tienen que ver con la ciudad donde se realiza o los amigos que participan. Hay que renunciar a la mayoría para elegir poco más que un puñado.
¿Qué pasa entonces si estamos anotados para un maratón y tenemos dos meses antes un medio maratón o una competencia de 10 Km? En esos momentos hay que decidir cuál es nuestra carrera principal y fijar el entrenamiento de esa competencia y no de las otras. No importa llegar perfecto a las competencias que no son nuestro objetivo central.
Sí, hay que cuidarse, bajar un poco la carga la semana previa y tomarse en serio la carrera, pero resignar el rigor absoluto en pos de un objetivo mayor.
Si nos toca un fondo de 30 Km para el maratón pero siete días más tarde tenemos una carrera, sabemos que a esa carrera no llegaremos al 100%, pero no nos estaremos desviando de algo que nos importa más o requiere un esfuerzo y una dedicación mayores.
Hay que pedirle consejo a nuestro entrenador, pero él sin duda dirá lo mismo. Por eso es tan importante tener un plan de entrenamiento. Ya sea que lo respetemos al máximo o seamos más flexibles, el plan nos dará una hoja de ruta que nos permitirá hacer cambios tal vez no muy significativos pero sí claros a la hora de tomar las decisiones.
Si por el contrario nuestro objetivo principal es una carrera de 10 Km, entonces esos fondos de maratón pueden ser aliviados o incluso en algún caso, salteados, siempre sabiendo que eso tiene un costo en rendimiento cuando se trata de carreras de larga distancia.
Lo mismo pasa con las carreras de trail y las carreras de calle dentro de un mismo período. Son dos tipos distintos de competencias con trabajos muy distintos. Correr trail quita un poco de precisión que se necesita después para correr en la calle. Y correr en calle no tiene al mismo tiempo de exigencia muscular que la montaña posee. Se pueden complementar, pero si quedan en el mismo período de entrenamiento se deberá privilegiar siempre nuestra competencia principal.
Un dato final a tener en cuenta. Si, por ejemplo, tenemos un maratón como gran objetivo y nos toca otra carrera en el camino, recordar que una carrera de 21 Km perfectamente reemplaza a un fondo de 30 Km. No es necesario completar esos nueve restantes si uno ha salido a correr fuerte. Hay que pensar bien que camino elegir y fijarse como se siente el cuerpo.
A veces se pueden correr sin mayores problemas muchas carreras, pero en general hay que elegir. Una vez pasado el objetivo más valioso se puede barajar y dar de nuevo, planificando cuál será el próximo plan.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.