Javier Milei, candidato presidencial, realizó una visita a Vaca Muerta el pasado jueves 8, una zona clave para la extracción de gas y petróleo mediante la técnica de fracking. Durante su visita, el economista liberal promocionó la actividad extractiva como un motor de desarrollo para la provincia de Neuquén y el país en general. Sin embargo, sus declaraciones han generado un fuerte rechazo entre las comunidades locales y organizaciones ambientalistas.

Y es que mientras Milei destaca los beneficios económicos del fracking, la realidad en Vaca Muerta es muy distinta. Los habitantes de las localidades cercanas a las zonas de explotación sufren las consecuencias directas de esta actividad, como el aumento de la sismicidad inducida y la contaminación ambiental.

En lo que va del año, se han registrado más de 54 sismos inducidos en la región, provocando daños en viviendas y generando un clima de incertidumbre entre los pobladores. Los especialistas advierten que esta situación podría agravarse si no se toman medidas para mitigar los impactos del fracking.

"El gobierno quiere profundizar la política de saqueo y explotación de los bienes comunes, sin ninguna visión ni siquiera a mediano plazo", denunció Tribuna Ambiental, una organización que lucha por una transición energética justa y sostenible.

Las promesas incumplidas del fracking:

A pesar de las promesas de desarrollo y generación de empleo, el fracking en Vaca Muerta ha traído consigo una serie de problemas:

• Sismicidad inducida: Los frecuentes sismos ponen en riesgo la seguridad de las personas y las infraestructuras.
• Contaminación ambiental: La actividad extractiva genera residuos tóxicos y contamina el agua y el suelo.
• Desigualdad social: Los beneficios económicos del fracking se concentran en pocas manos, mientras que las comunidades locales soportan los costos ambientales y sociales.

La necesidad de una transición energética:

Ante este panorama, es urgente replantear el modelo energético actual. La producción de energía a partir de combustibles fósiles no solo contribuye al cambio climático, sino que también genera conflictos sociales y ambientales.

"Debemos repensar en qué sentido se orienta la extracción de los recursos energéticos y cómo podemos avanzar a una transición hacia energías no contaminantes", plantean desde Tribuna Ambiental.

La organización propone la nacionalización de los recursos energéticos y la implementación de un modelo de producción bajo control de las y los trabajadores, con el objetivo de garantizar una transición justa y equitativa hacia energías renovables.

La visita de Milei a Vaca Muerta ha puesto en evidencia la necesidad de un debate serio y profundo sobre el modelo energético de nuestro país. Es fundamental que se prioricen las necesidades de las comunidades locales y se busquen alternativas más sostenibles y justas para la producción de energía.