Los piratas ingleses, avalados por Milei, se roban el petróleo de las Islas Malvinas
Según informes locales, las autoridades de las islas están consultando a sus habitantes sobre la posibilidad de perforar en busca de 500 millones de barriles de petróleo en el campo Sea Lion, ubicado a 150 millas al norte. La consulta, que comenzó el 24 de junio, arrojará resultados el 5 de agosto.
La empresa israelí Navitas Petroleum posee la mayoría de los derechos de exploración en el campo Sea Lion, lo que implica que gran parte de las ganancias potenciales beneficiarían a accionistas en Israel y Estados Unidos. Navitas controla el 65% de la participación activa, mientras que Rockhopper Energy, con sede en el Reino Unido, posee el resto.
El periódico británico destaca que este campo podría albergar hasta 1.700 millones de barriles de petróleo, superando en tamaño al proyecto Rosebank en el Mar del Norte del Reino Unido, estimado en 300 millones de barriles.
Estos planes emergen en un contexto de elecciones generales en el Reino Unido, que podrían ver el regreso del Partido Laborista después de 14 años de dominio conservador. El Partido Laborista, bajo el liderazgo de Keir Starmer, ha prometido prohibir nuevas exploraciones de petróleo y gas en aguas británicas por razones ambientales, aunque las Malvinas, con su administración local, mantienen derechos de perforación en las aguas circundantes.
El proyecto propuesto contempla la perforación de 23 pozos inicialmente para acceder a los 500 millones de barriles de petróleo, con posibilidades de expansión en el futuro. El petróleo extraído del campo Sea Lion sería procesado a bordo de un buque flotante de producción, almacenamiento y descarga, antes de ser transportado en camiones cisterna para su venta en los mercados energéticos globales.
A pesar de que se espera que solo una pequeña fracción del petróleo se exporte al Reino Unido, este desarrollo podría influir en las relaciones entre los isleños y el gobierno británico, especialmente tras el Brexit y la reducción de subsidios a la pesca que afectó negativamente a las Islas Malvinas.
El gobierno argentino ha mostrado preocupación ante estos planes, aunque recientemente las gestiones diplomáticas han sido menos activas, especialmente desde la llegada de Javier Milei al escenario político. La Cancillería argentina expresó inicialmente su malestar por decisiones unilaterales que extendieron el control británico sobre áreas adicionales del Mar Austral, aunque presentó una nota formal de queja posteriormente.
John Birmingham, miembro de la Asamblea Legislativa de las Islas Malvinas, ha destacado el potencial económico significativo que los hidrocarburos marinos podrían aportar a la economía local en las próximas décadas. Sin embargo, enfatizó la necesidad de gestionar cuidadosamente los impactos ambientales asociados.
En una declaración oficial, el gobierno de las Islas Malvinas reafirmó su derecho a utilizar sus recursos naturales y señaló que operan un sistema nacional de licencias petroleras que incluye actividades de exploración y producción de hidrocarburos en alta mar, con un enfoque en las regalías como fuente de ingreso.
Hasta el momento, el gobierno argentino está evaluando las acciones diplomáticas adecuadas en respuesta a estos desarrollos.