El expresidente uruguayo José "Pepe" Mujica, fallecido el 13 de mayo de 2025 a los 89 años, será enterrado según su último deseo: bajo un árbol de secuoya en su chacra de Rincón del Cerro, Montevideo, junto a los restos de su querida perra Manuela.

Mujica, quien padecía un cáncer de esófago con metástasis hepática, decidió pasar sus últimos días en su hogar rural, alejado de la vida pública. Allí, en su chacra, vivió con su esposa Lucía Topolansky y compartió momentos con Manuela, su inseparable compañera de tres patas.

Manuela, una perra mestiza nacida en 1996, perdió una de sus patas delanteras en un accidente con un tractor conducido por el propio Mujica. A pesar de su discapacidad, se convirtió en un símbolo de la vida sencilla y austera que caracterizó al exmandatario. Manuela falleció en junio de 2018 a los 22 años y fue enterrada por Mujica bajo una secuoya en su propiedad.

En entrevistas previas a su fallecimiento, Mujica expresó su deseo de ser cremado y que sus cenizas fueran depositadas junto a las de Manuela, bajo el mismo árbol. "Mi futuro destino está debajo de ese secuoya, donde está enterrada Manuela. Cuando me muera, me van a quemar y a enterrar ahí", afirmó en una entrevista con CNN.

El funeral de Estado de Mujica contó con la presencia de líderes internacionales como Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric, quienes destacaron su legado de humildad y compromiso social. Miles de ciudadanos uruguayos también rindieron homenaje al exmandatario, recordando su estilo de vida austero y su cercanía con el pueblo.

Con su decisión de descansar eternamente junto a Manuela en su chacra, Mujica reafirma su conexión con la tierra y su amor por los animales, valores que marcaron su vida y su carrera política.