Mantener un sueño reparador es esencial para el bienestar general, según los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH). Sin embargo, la compensación del sueño con siestas durante el fin de semana podría tener efectos distintos según la edad y el género, según un estudio publicado en Scientific Reports.
Las mujeres de mediana edad que toman siestas de una a dos horas durante el fin de semana experimentan mejoras significativas en su bienestar psicológico, reduciendo la ansiedad y la depresión. Aunque se destacan los beneficios, el estudio subraya la importancia de recomendaciones personalizadas sobre la duración de las siestas, resaltando que periodos más largos pueden tener efectos negativos.
A pesar de los beneficios potenciales, tomar siestas largas con frecuencia puede tener riesgos para la salud. Un estudio del National Heart, Lung, and Blood Institute de Estados Unidos revela que siestas de más de 30 minutos aumentan el riesgo de presión arterial alta en un 41%. Asimismo, se asocian con un aumento de peso, especialmente cuando se combinan con malos hábitos alimenticios y de sueño.
Por otro lado, estudios que exploran la idea de "dormir demasiado" sugieren que una persona joven y saludable no puede mantener un patrón de sueño que exceda las 10 horas diarias. La duración promedio del sueño se sitúa en poco más de ocho horas, y superar este umbral podría tener consecuencias negativas.
Identificar señales de cansancio excesivo durante el día o somnolencia diurna es crucial para abordar posibles deficiencias de sueño. Estos síntomas pueden afectar el rendimiento laboral y académico, la conducción segura y la salud mental en general. Reconocer estos signos es fundamental para prevenir problemas a largo plazo y buscar atención médica si es necesario.