En el Gran Buenos Aires, el clima de incertidumbre se profundiza a medida que crecen las versiones y los hechos relacionados con episodios delictivos que algunos evitan denominar saqueos. Los rumores sobre disturbios y robos han generado una psicosis en la región, mientras el teléfono del intendente no deja de sonar. Si bien se presentan como acciones delictivas, la situación en la zona noroeste del conurbano bonaerense ha dejado al comercio cerrado y a los habitantes inquietos.
Un tipo electrifico la reja de su negocio para evitar los saqueos ??? pic.twitter.com/23jDSxm0O1
— ElBuni (@therealbuni) August 24, 2023
Aunque la comparación con los saqueos ocurridos en 1989 y 2001 es inevitable, las diferencias son notorias, especialmente en cuanto a la morfología de los actores que controlan los territorios. En este contexto, surge la pregunta sobre quién podría estar detrás de estos hechos. Diversas teorías circulan, apuntando a figuras políticas y sus intereses. Se señala al economista Javier Milei y se sugiere que desde el gobierno intentaron vincularlo a los disturbios, aunque su estructura no parece adecuada para tales acciones.
Entre los intendentes de la región, circula la idea de que Patricia Bullrich y elementos de inteligencia podrían estar involucrados en los episodios. La teoría sugiere que Bullrich, tras un período de relativa inactividad política, podría haber instigado los disturbios con el fin de pedir medidas de orden, como la declaración del Estado de Sitio. Esto evoca episodios anteriores de crisis y desestabilización en el país.
Comparando la situación actual con la crisis de 2001, se observa un cambio importante en la morfología política y social del conurbano bonaerense. En aquel entonces, los intendentes tenían un control más consolidado sobre sus territorios, mientras que en la actualidad, el poder se ha atomizado y se han introducido actores complejos como el narcotráfico. Identificar a los responsables de los disturbios se vuelve complicado debido a esta nueva dinámica.
En este ambiente de incertidumbre, diversos actores políticos son señalados como posibles instigadores de los disturbios, pero las respuestas no son claras. Los habitantes del conurbano bonaerense están enfrentando una situación compleja y en evolución, que involucra elementos de crisis política, social y económica. A pesar de las diferencias con episodios anteriores, la región aún lucha por mantener la estabilidad en medio de este escenario.