La diputada provincial de Santa Fe, Amalia Granata, salió a la cancha mediática y con una rotativa por la televisión nacional con una propuesta polémica: el regreso del servicio militar obligatorio a partir de los 18 años.
El nivel de rechazo que generó fue tal que hasta el diputado libertario y hombre a quien no se puede acusar de tener una línea de izquierda, José Luis Espert, la criticó y rechazó de plano tanto que se lo podría calificar como “progre”.
Granata viajó a Israel –un país que vive conflictos bélicos y militares a diario- para informarse en materia de seguridad, y descubrió que allí las y los jóvenes deben pasar de manera obligatoria por el ejército. Por eso, trajo la idea a estas tierras.
“Época de las cavernas”, disparó Espert a través de su cuenta de Twitter tras citar la propuesta de Granata. “El Servicio Militar Obligatorio (SMO) es una mierda”, aseguró y recordó que él lo tuvo que hacer en 1980, en el marco de la dictadura, cuando aún era obligatorio para varones.
Acto seguido, señaló como argumento que en la Argentina “las Fuerzas Armadas tienen que ser súper profesionales, súper académicas y súper bien pagas”.
“En el límite, esto del servicio militar obligatorio, es como pretender solucionar nuestros dramas con gobiernos militares”, cerró Espert, más cerca del pensamiento de Nicolás del Caño o Myriam Bregman que de Amalia Granata.
La “novedosa” idea de la exmodelo y ahora diputada es que luego de finalizar el colegio secundario, tanto varones como mujeres deban alistarse en el Ejército y por el lapso de dos a dos años y medio.
“Creo que es necesario para todos. Hay que pensarlo como la formación de una conducta para que los jóvenes se levanten a las 6 de la mañana, estudien, hagan ejercicios y se les pueda enseñar un oficio", argumentó Granata.
No es una idea que llame la atención en la santafesina, que se manifestó en contra de diversas propuestas relacionadas con el avance de derechos, incluso llevando la bandera en algunas causas como la oposición al aborto legal, seguro y gratuito.
El paso por las filas de las Fuerzas Armadas fue obligatorio en el país hasta el año 1994, cuando el expresidente Carlos Menem derogó por decreto esa práctica y pasó a ser una actividad voluntaria y paga.
La eliminación de la obligatoriedad de pasar por el Ejército tuvo como origen la muerte del soldado Omar Carrasco (19) en marzo de 1994, cuando fue asesinado a golpes en el marco de un “ritual” de iniciación en la conocida COLIMBA.
A Carrasco de lo declaró como “desertor” y “desaparecido”, pero había sido asesinado dentro del cuartel e incluso movido su cuerpo para ocultar el crimen. La indignación social fue tal, que el Presidente eliminó la calidad de obligatorio. Fuente: infocielo.com
