El síndrome premenstrual (SPM) afecta a la mayoría de las mujeres, siendo el 75-80% propenso a síntomas leves y hasta el 5% experimenta el síndrome disfórico premenstrual, una forma más grave. Solo un 20% no presenta síntomas. Este fenómeno técnico se conoce como distimia, abarcando malestares físicos y emocionales.
Los síntomas emocionales incluyen tristeza, nerviosismo e inseguridad, mientras que los físicos comprenden pesadez pélvica, hinchazón abdominal y dolores musculares. El SPM suele manifestarse unos días antes de la menstruación y desaparece uno o dos días después. Si bien es parte de la vida de muchas mujeres, síntomas significativos requieren atención médica.
Las hormonas desempeñan un papel crucial, como los estrógenos, la progesterona y otras, modulando la conducta. A medida que las mujeres se acercan a la menopausia, los síntomas del SPM pueden intensificarse, según el Departamento de Salud de los Estados Unidos. Durante la perimenopausia, la transición hacia la menopausia, los cambios hormonales impredecibles pueden afectar los estados de ánimo, desapareciendo el SPM con la menopausia.