El Gobierno ha anunciado la decisión de frenar los aumentos en las tarifas de electricidad y gas hasta el mes de noviembre. Esta medida se enmarca en el Programa de Fortalecimiento de la Actividad Económica y del Ingreso, que tiene como objetivo controlar la inflación en un contexto de crecimiento de los precios.
La medida se aplicará exclusivamente a los usuarios residenciales, lo que significa que los hogares no experimentarán aumentos en sus facturas de servicios públicos hasta después de las elecciones generales.
Esto incluye el aplazamiento del aumento del 11% que estaba programado para las facturas de electricidad en el mes de septiembre.
El aumento en las tarifas de electricidad habría afectado a aproximadamente 5.3 millones de hogares clasificados en las categorías de ingresos más altos y a otros 2.8 millones de hogares clasificados en el escalafón medio.
En cuanto al gas, no se habían previsto aumentos, aunque se había discutido la posibilidad de llevar a cabo una audiencia pública para acordar un nuevo incremento en noviembre.
Esta congelación en las tarifas se suma a una serie de medidas implementadas por el Gobierno después de una devaluación del 22% que tuvo lugar tras las elecciones primarias (PASO).
Entre estas medidas se incluye el otorgamiento de una suma fija para trabajadores del sector público y privado, así como refuerzos para jubilados y beneficiarios de prestaciones de ANSES. Además, se ha congelado el precio de los combustibles, los medicamentos y el transporte público.